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El coronavirus da alas a las oficinas ‘flex’ para diversificar riesgos

La crisis provocada por el Covid-19 puede llevar a las empresas a apostar por este tipo de espacios por la disminución de riesgos que supone al tener contratos más cortos.

Marc Vidal Ordeig

9 abr 2020 - 05:00

El coronavirus da alas a las oficinas ‘flex’ para diversificar riesgos

 

 

El flex gana atractivo por el coronavirus. En una sociedad en la que el pago por uso está cada vez más extendido, la crisis provocada por el Covid-19 puede llevar esta tendencia al alquiler de oficina. Las empresas pueden ver los espacios de trabajo flexibles como una alternativa atractiva que les permita diversificar el riesgo y poder tomar decisiones con más agilidad.

 

El frenazo económico vivido en el último mes, que ha llevado a muchas empresas a presentar expedientes de regulación temporal de empleo (Erte), sumado al confinamiento obligatorio para la mayor parte de la población ha provocado que las oficinas hayan quedado vacías mientras que sus inquilinos siguen deben seguir pagando las rentas.

 

En este sentido, el consejero delegado de Merlin, Ismael Clemente, explicó en el transcurso de un webinar organizado por EjePrime que las empresas “ahora se sentirán más tentadas de aventurarse en el flex, porque el contrato va mes a mes y quitas costes fijos de una manera indolora”.

 

 

 

 

A cierre del tercer trimestre de 2019, los espacios de trabajo flexible representaban el 1,2% de las oficinas en Madrid y el 2% en Barcelona, según datos de la consultora Cushman&Wakefield. Asimismo, el porcentaje de este tipo de activos sobre el total era del 16,1% en la capital catalana y del 11,2% en la capital española, lo que permitiría alcanzar el 3,4% y el 1,9% del total del mercado en 2022, respectivamente.

 

En todo caso, Clemente aseguró que el 80% de los ingresos de las compañías del sector provienen de contratos con grandes corporaciones que ocupan estos espacios gracias a la flexibilidad que ofrecen, tanto en la posibilidad de ampliar o desocupar metros cuadrados como en la longitud de los contratos.

 

En este sentido, cada vez son más las grandes empresas propietarias de oficinas que apuestan por tener una línea de negocio dedicada a los espacios flexibles. En España, la propia Merlin cuenta con la marca Loom, mientras que Colonial tiene a Utopicus bajo su paraguas.

 

El consejero delegado de Merlin también auguró que estas compañías pueden incrementar el porcentaje de flex en sus carteras, hecho que permitirá tener “un impacto positivo en cuenta de resultados, porque se vende más caro” aunque obligará a reducir el apalancamiento, lo que conllevará “un impacto negativo en el balance”.

 

 

 

 

De todos modos, la directora de Agencia Oficinas de Savills Aguirre Newman Marie Laure Fenet opina que este tipo de espacios “no salen a cuenta cuando tienes un negocio consolidado” ya que el mayor importe de las rentas provoca que “sólo sea válido durante un máximo de dos años”.

 

La directiva asegura que la inversión para crear un espacio flex “es mayor y no todos los propietarios la pueden hacer”. En este sentido, subraya que dependerá del valor en cartera de este tipo de oficinas, “si provoca que se reduzca el valor del activo, los propietarios no los crearan”.

 

Por su parte, el director de Comercial de Knight Frank, Jorge Sena, destaca que este tipo de espacios de trabajo pueden ser interesantes “sobre todo para proyectos a corto plazo de las empresas” y augura que “no habrá una gran migración de empresas hacia el flex”.

 

En todo caso, Sena asegura que “actualmente inquilinos y propietarios están negociando” para encontrar maneras de superar esta crisis y han firmado “soluciones creativas” como alargar lo contratos a cambio de una moratoria de las rentas.