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El Ministerio de Cultura adquiere la Casa Gomis en El Prat de Llobregat por siete millones

Es una vivienda de valor histórico-artístico de la arquitectura racionalista del siglo XX, en primera línea de costa dentro del paraje natural de La Ricarda, en el Delta del Llobregat, un entorno ecológico protegido por la UE.

El Ministerio de Cultura adquiere la Casa Gomis en El Prat de Llobregat por siete millones
El Ministerio de Cultura adquiere la Casa Gomis en El Prat de Llobregat por siete millones

EjePrime

14 ene 2025 - 05:00

Una adquisición para todos. El Ministerio de Cultura ha comprado la denominada Casa Gomis, ubicada en El Prat de Llobregat (Barcelona), por un importe de 7,24 millones de euros. Según el ministerio, se trata de una vivienda de gran valor histórico-artístico, pieza clave en la historia de la arquitectura racionalista del siglo XX en Cataluña, ubicada en primera línea de costa dentro del paraje natural de La Ricarda, en el Delta del Llobregat, un entorno de alto valor ecológico protegido por la Unión Europea.

 

El ministro de Cultura, Ernest Urtasun, ha señalado que “este tesoro de la arquitectura racionalista del siglo XX forma ya parte del patrimonio público con el objetivo de protegerlo, conservarlo y convertirlo en un gran centro cultural, 100% abierto al público”. Así lo anunció en rueda de prensa, celebrada en la Casa Gomis, junto a miembros de la familia Gomis Bertrand, propietarios de la casa, y acompañado por la consejera de Cultura de la Generalitat catalana, Sònia Hernàndez, y el alcalde de El Prat de Llobregat, Lluís Mijoler.

 

Según Urtasun, “nuestra intención es que la temática de este nuevo Centro Cultural Casa Gomis gire en torno al diálogo entre arte y naturaleza, pues este es uno de los grandes ejemplos arquitectónicos que tenemos en Cataluña de simbiosis perfecta con el entorno natural”. Y añadió que “ahora en 2025 queremos ponerla también al servicio del gran debate de vanguardia que existe actualmente, que es el de la relación entre arte y clima”.

 

Con la compra de este inmueble, el Ministerio de Cultura señala que contribuye a la preservación de los valores históricos y artísticos del conjunto y su mantenimiento. Tras su adquisición, el espacio se convertirá en un centro cultural abierto a la ciudadanía, donde se celebrarán encuentros y visitas guiadas, entre otras actividades. Además, se trabajará para que tenga un papel destacado en la programación de Barcelona como Capital Mundial de la Arquitectura en 2026 y en el Congreso Mundial de Arquitectura de la Unión Internacional de Arquitectos (UIA), que también acogerá Barcelona el próximo año.

 

 

Casa Gomis es un ejemplo de adaptación de un concepto arquitectónico abstracto a un lugar y un paisaje muy concreto. La simbiosis de la casa y el entorno se desarrolla a través de una construcción de una sola planta bajo los pinos. La transición entre el paisaje natural del resto de la finca y la zona central de la casa se consigue mediante una gran plataforma horizontal que acoge el jardín, tratado con gran sobriedad mediante pradera de césped, caminos y áreas pavimentadas de líneas ortogonales que prolongan la estructura de la edificación y un estanque piscina que refleja su imagen.

 

Otra de las singularidades es que, tras seis décadas de uso, el edificio se mantiene prácticamente intacto y conserva sus características originales, tras haber sido objeto de una cuidadosa reestauración de las cubiertas y la carpintería exterior en 1997. Conserva también su mobiliario, diseñado en gran medida por el propio arquitecto, que está incluido en el expediente de declaración como parte de su historia.

 

Casa Gomis responde a la tipología de villa suburbana (frecuente en el litoral catalán como primera o segunda residencia de la alta burguesía), pero en este caso de características singulares por su escala, concepto arquitectónico y sistema constructivo. Representa un ejemplo casi único de vivienda de la alta burguesía catalana de mediados del siglo XX, así como un lugar de encuentro de intelectuales y artistas.

 

Su estructura y organización (fruto de la colaboración del arquitecto Antoni Bonet con su cliente Ricardo Gomis, comprometido con la vanguardia cultural catalana como miembro del Club 49) incorpora espacios para la vida cotidiana de la familia y del personal de servicio, junto con otros de uso polivalente para reuniones o pequeños actos culturales. En ese aspecto, además de sus valores arquitectónicos, la casa fue uno de los lugares de encuentro de la cultura barcelonesa durante los años sesenta del siglo XX.

 

 

Antoni Bonet Castellana fue uno de los arquitectos del racionalismo en Cataluña, miembro del Grup d’Arquitectes i Tècnics Catalans per al Progrés de l’Arquitectura Contemporània (Gatcpac) y del Grupo de Artistas y Técnicos Españoles para el Progreso de la Arquitectura Contemporánea (Gatepac).

 

Instalado en Buenos Aires tras la Guerra Civil, desarrolló su carrera en Uruguay y Argentina, aunque también proyectó obras en varias ciudades españolas. Como otros arquitectos de su generación, combinó el desarrollo de los postulados de la arquitectura racionalista europea con la exploración de sus raíces en el lenguaje autóctono del ámbito mediterráneo. Prueba de ello es la combinación de formas abstractas y materiales modernos con referencias a los sistemas constructivos tradicionales.