La industrialización aspira a alcanzar el 30% de la construcción
Con un ritmo incipiente que oscila entre el 1,5% y el 3% de la vivienda que se produce, la industrialización reduce hasta en un 30% la duración de los proyectos y es menos intensiva en mano de obra, ya que produce en fábricas.


25 mar 2025 - 05:00
La obra se moderniza y se convierte en industria. El sector de la construcción, tal y como se conoce, va a pasar a la historia. Las obras extensivas en mano de obra (donde podían estar presentes desde el peón hasta el arquitecto, pasando por el encofrador, soldador, electricista, profesionales que resultaban tan comunes en los años de la burbuja inmobiliaria) poco a poco están dando paso a la construcción industrializada.
Pero ¿qué se entiende por construcción industrializada? La confusión surge cuando se utilizan elementos o materiales que vienen de una industria, como es el caso de azulejos, grifería o sanitarios, que no lo son. Otra cosa es cuando se juntan todos estos elementos y forman un sistema cerrado como un baño que está completamente terminado y ensamblado, o se forma una estructura totalmente terminada que es la fachada de un edificio y que tiene en su formación las propias ventanas y hasta las persianas.
Con esta nueva forma de construcción, se haría frente a los actuales problemas con los que cuenta esta actividad, cuyo peso supera ligeramente el 5% del Producto Interior Bruto (PIB), aunque aún por debajo de lo que fue en pleno boom inmobiliario. El principal problema es la falta de mano de obra especializada. Serían necesarios más de 700.000 nuevos puestos de trabajo para recobrar el ritmo suficiente para ir reduciendo la brecha existente entre la oferta y la demanda, algo difícil de conseguir, por lo que los precios seguirán su escalada alcista. La construcción como hasta ahora se conocía tampoco es compatible con las actuales exigencias de eficiencia energética ni de sostenibilidad, otro factor por el que la industrialización se abre camino en este sector.
“Con la actual capacidad instalada resulta complicado hacer más de 15.000 viviendas al año”
Según fuentes de este sector, el potencial de este tipo de producción es inmenso, si se tiene en cuenta la producción actual. La vivienda que se produce de manera industrial oscila entre apenas el 1,5% y el 3% del conjunto de residencias acabadas, “con la actual capacidad instalada resulta complicado hacer más de 15.000 viviendas al año” decía a EjePrime Juan Antonio Gómez Pintado, presidente del Cluster de la Edificación y de Vía Ágora. Su objetivo “si se llegan a construir 200.000 viviendas al año, la industrialización debería llegar en torno al 30% de la ejecución de esas viviendas”.
Si estas cifras se comparan con la situación en otros países europeos, las diferencias son notables. En Holanda el 70% de sus certificaciones de obra ya están industrializadas. En Inglaterra sucede algo parecido, con un buen número de construcciones en altura ya industrializadas, mientras que en Alemania alcanza en torno al 20%.
El presidente del Cluster señala la falta de financiación como el principal problema. Arrancar y consolidar este negocio necesita por parte de los fabricantes una fuerte inversión para levantar nuevas fábricas o ampliar las actuales, para incrementar la producción, así como incorporar nuevas tecnologías que consoliden la producción. “Desde el Gobierno se ha puesto en marcha un Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (Perte) para la innovación y modernización de la construcción industrializada y modular, que puede ser una buena palanca de cambio, si sale bien redactado y ayuda a incrementar la capacidad instalada actual”, añade Gómez Pintado.
Desde el Cluster de la Edificación, añade su presidente, se ha promovido que lo que hasta ahora estaba integrado en una sola clasificación nacional de actividades económicas (Cnae) para cualquier industria que se dedicase a la vivienda y que penalizaba su financiación, “ahora se han desarrollado tres, basadas en los principales materiales de la edificación, es decir el hormigón, el acero y la madera, lo que va a contribuir de manera decisiva a facilitar muchísimo la financiación del sector”, añade Gómez Pintado.
Ahora es más sencillo incorporar a la mujer en el entorno regulado de una fábrica
Aunque los problemas para encontrar el personal cualificado necesario son patentes, con la industrialización, al ser menos intensa en mano de obra, se requieren menos trabajadores a pie de obra. Donde antes se necesitaba un gran número de operarios, ahora se alcanzan resultados óptimos con una reducción a la mitad o incluso un 70% menos en la fase de estructura y fachada, señalan desde ACR, constructora de edificación que emplea la técnica de la industrialización.
El trabajo está centrado en fábrica, lo que mejora las condiciones de seguridad, salud y confort, al no sufrir las inclemencias del tiempo, controlando de manera más eficaz los costes. Esta circunstancia es la que puede atraer a jóvenes profesionales al sector, al dejar de verlo como un trabajo peligroso de alta siniestralidad laboral. Algo semejante ocurre con la incorporación de la mujer a este ciclo productivo, que si antes era complicado en el proceso de construcción tradicional, ahora es más sencillo en el entorno mucho más regulado de una fábrica, con unos niveles de seguridad mucho mayores.
La industrialización también acorta los plazos de producción. La terminación de proyectos puede reducirse entre un 25% y un 30%, “un potencial que aún queda lejos, considerando el peso residual que todavía tiene la construcción industrializada en el cómputo global de obras” señala Guillermo Jiménez, director general de ACR. Fuentes de esta compañía señalan a este diario que en una reciente construcción de un edificio en altura de 19.000 metros cuadrados se han empleado tan solo 77 días.
Otra de las realidades que va a quebrar la construcción industrializada es que sea un método exclusivo para las residencias de tipo unifamiliar. Cada vez más los proyectos que se están poniendo en marcha van respondiendo “hacia el tipo de vivienda que hace falta en nuestro país, por lo que ya se está trabajando más en industrialización en la vivienda en altura que en la unifamiliar”, señala Gómez Pintado. Promociones para alquiler asequible, hoteles, residencias para estudiantes y residencias para la tercera edad son un claro objetivo de este tipo de construcción.