SoftBank planta a WeWork: rompe el acuerdo para comprar acciones por 3.000 millones de dólares
El grupo japonés había pactado comprar un paquete de acciones del consejero delegado, Adam Neumann, y otros accionistas. La ruptura del acuerdo podría terminar en los juzgados.
2 abr 2020 - 10:47
SoftBank da marcha atrás. El grupo japonés, el mayor accionista de la empresa estadounidense, ha decidido romper el acuerdo con WeWork para comprar acciones por valor de 3.000 millones de dólares del consejero delegado, Adam Neumann, y otros accionistas. Los títulos de Softbank avanzaron un 4,5% tras el anuncio.
Ya a mediados de marzo, SoftBank notificó a los accionistas que no se habían cumplido las condiciones para llevar a cabo el acuerdo. El jueves, cuando vencía el plazo, confirmó que retiraba la oferta, citando cinco condiciones que no se han cumplido.
“SoftBank continúa comprometido con el éxito de WeWork y ha dado pasos significativos para reforzar la compañía desde octubre, incluyendo nuevo capital, el desarrollo de un plan estratégico y la contratación de un nuevo equipo directivo”, aseguró Rob Townsend, director legal de la empresa, en un comunicado. “El fin del acuerdo para comprar acciones no tiene impacto en las operaciones y clientes de WeWork”, añadió.
“Se van a evaluar todas las opciones legales, incluyendo un litigio”, han dicho desde WeWork
Con todo, desde el comité especial de WeWork, formado por Bruce Dunlevie, del fondo Benchmark Capital (accionista de WeWork) y Lew Frankfort, consejero de la empresa, aseguraron que “se van a evaluar todas las opciones legales, incluyendo un litigio”.
WeWork cerró el año pasado el peor ejercicio de su historia, tras una fallida salida a bolsa, con pérdidas disparadas y la dimisión de su fundador y consejero delegado. La compañía de coworking está siendo investigada por la Comisión de Bolsa de Valores de Estados Unidos y el Fiscal General de Nueva York por irregularidades en sus cuentas y en su valoración durante el plan para salir a bolsa.
Ahora, la empresa se enfrenta además a la crisis del coronavirus, que podría suponer impagos en sus centros y tener una repercusión a medio plazo en el negocio de los espacios de trabajo compartidos.