Opinión

La rentabilidad económica y social de la vivienda asequible

La rentabilidad económica y social de la vivienda asequible

Ricardo Martí-Fluxá

8 abr 2025

En España, la situación de la vivienda asequible es muy preocupante, ya que en la mayoría de las ciudades la demanda supera con creces la oferta disponible. Los datos del Ministerio de Vivienda han mejorado. En 2024 el número de calificaciones definitivas de vivienda protegida aumentó un 62% respecto al año anterior, alcanzando las 14.371 unidades, la cifra más alta desde 2014, cuando se calificaron 15.046 viviendas de protección oficial. Aun así, el crecimiento claramente no es suficiente para satisfacer las necesidades de los ciudadanos.

 

Entre los motivos principales de esta insuficiencia de inmuebles se encuentran los obstáculos que está enfrentando el sector y, en particular, cualquier tipo de construcción, como el encarecimiento del suelo urbanizable, la falta de personal cualificado o el aumento de los costes de construcción. Pero, además, a la vivienda accesible se le suma la falta de incentivos adecuados por parte de las administraciones, un aspecto fundamental para incrementar el parque de este tipo de inmuebles. Hay que tener en cuenta que la mayoría de los proyectos dependen de ayudas gubernamentales que, además de llevar años siendo escasos, se suman a la excesiva burocracia y la falta de claridad regulatoria que desincentivan la inversión.

 

Y es que para que la apuesta por la vivienda asequible sea atractiva, es fundamental contar con un respaldo sólido por parte de las administraciones públicas, a través de incentivos fiscales, subsidios y regulaciones estables. No debemos olvidarnos de que la vivienda asequible, además de ser una necesidad social innegable, tiene otros beneficios colaterales tan importantes como el impulso de la economía local, la mejora de la cohesión social y de la calidad de vida de los ciudadanos. 

 

 

 

 

Si hay apoyo administrativo y se adoptan las estrategias adecuadas, la construcción de vivienda asequible puede ser una inversión positiva en términos generales. En este sentido, hay tres pilares fundamentales para que estos proyectos sean viables, rentables y, sobre todo, beneficien a la sociedad en su conjunto.

 

En primer lugar, la localización. La rentabilidad de la inversión en vivienda asequible depende en gran medida de la situación de los activos. Su emplazamiento en áreas periféricas puede ser una fórmula efectiva para atender la problemática de la alta demanda de vivienda asequible, al ser zonas con menor precio del suelo. Estos desarrollos deberán siempre ir acompañados de la dotación de infraestructuras adecuadas y de accesibilidad a servicios esenciales como el transporte público, centros educativos y sanitarios. Y es que la garantía de que estas áreas están bien conectadas son condiciones esenciales para garantizar la rentabilidad de la inversión. Por otro lado, la falta de accesibilidad puede limitar la demanda y atractivo de estas zonas y dificultar la integración de los residentes en la vida económica y social de la región. Por ello, es clave que las administraciones trabajen en planes urbanísticos que favorezcan la integración de estos desarrollos en el entramado urbano general, evitando la marginación o el aislamiento de los habitantes.

 

Por otro lado, las nuevas tendencias habitacionales y la diversidad de la población actual representan una oportunidad para que la vivienda asequible sea rentable. El desarrollo de proyectos de vivienda flexible, como el coliving, en áreas densamente pobladas permite responder a la creciente demanda y a las nuevas necesidades de la sociedad. Por ello, las opciones de alquiler flexibles se presentan como alternativas viables que no solo abordan una problemática nacional, sino que también pueden ser rentables.

 

 

 

 

Por último, se debe primar el alquiler respecto a la compra como una opción clave para mejorar el acceso a la vivienda asequible. La promoción de un mercado de alquiler más sólido, con incentivos tanto para propietarios como para inquilinos, permitiría ampliar la oferta y estabilizar los precios. Medidas como la regulación de alquileres a largo plazo, beneficios fiscales para quienes pongan viviendas en alquiler a precios asequibles y programas de colaboración público-privada pueden fomentar un mercado más dinámico y accesible. Además, garantizar la seguridad jurídica para los arrendadores y los derechos de los inquilinos es esencial para generar confianza y estimular la inversión en este modelo habitacional.

 

La solución a la crisis de vivienda asequible en España requiere una combinación de estrategias bien definidas para garantizar la sostenibilidad y el crecimiento del sector. Solo mediante un compromiso firme por parte de las administraciones y la colaboración con el sector privado, se podrá generar un ecosistema habitacional más inclusivo, equilibrado y adaptado a las necesidades actuales de la población. 

Ricardo Martí-Fluxá

Ricardo Martí-Fluxá

Ricardo Martí-Fluxá es director de negocio y desarrollo corporativo en Grupo Gesvalt desde octubre de 2024, proveniente de JLL. El directivo cuenta con una trayectoria profesional de dos décadas. Inició su carrera en 2005 como pasante en CMS Albiñana & Suárez de Lezo. Un año más tarde, se incorporó a PwC donde ejerció durante más de cuatro años como auditor senior. En 2010, se incorporó a EY, donde trabajó como senior manager en el departamento de asesoría de transacciones. En 2018, se incorporó a JLL, donde ocupó cargos de responsabilidad, como director de transactional advisory, director de operaciones y director senior para el sur de Europa. Licenciado en derecho por la Universidad Complutense de Madrid, tiene un MBA en IESE Business School.