IWG abre nuevo centro en Barcelona y llega a los 160.000 metros en España

IWG no despega el pie del acelerador. La compañía británica de coworking acaba de inaugurar un nuevo centro en Barcelona, con lo que suma 35.000 metros cuadrados de espacio flexible en la capital catalana, y llega a los 160.000 metros cuadrados en todo el mercado nacional, repartidos en 61 centros, según apunta Phillipe Jiménez, country manager de IWG en España, a EjePrime.

El nuevo espacio de IWG en Barcelona se ubica en la zona alta de la ciudad, concretamente en el número 123 de Vía Augusta, en el distrito de Sarrià-Sant Gervasi. Bajo la firma Spaces, el activo suma 3.900 metros cuadrados y tendrá capacidad para más de 500 trabajadores híbridos. La compañía ha reformado íntegramente el activo, al que ha destinado una inversión de más de dos millones de euros.

El Spaces Plaza de Molina cuenta con cinco salas de reuniones y un amplio business club, que cuenta con 450 metros cuadrados. Además, el centro destaca por sus diversas terrazas, la mayor de todas de una superficie de 500 metros cuadrados. El nuevo espacio se enfoca tanto al cliente particular como a las grandes corporaciones, que cada vez tienen más peso en la cartera de clientes de IWG.

“Vemos como el modelo de trabajo de las grandes compañías está cambiando de forma acelerada; las multinacionales están pasando de un sistema donde el trabajo solamente se realiza en las oficinas centrales a otro modelo donde los espacios de trabajo están diversificados, aquí es donde entramos nosotros”, señala Jiménez, que también pone el foco en la importancia del espacio de trabajo para atraer talento y fomentar la sostenibilidad.

“Uno de los grandes quebraderos de cabeza de las compañías es la captación de talento y este es un fenómeno que se acrecentará muchísimo en los próximos años; las empresas ya identifican el problema y por esto están apostando por espacios confortables, que promuevan la conciliación y cumplan con todos los parámetros ESG, ya que la conjunción de estos factores incidirá en que estas compañías puedan contar con perfiles profesionales importantes”, remacha el directivo.

Spaces Plaza de Molina cuenta con cinco salas de reuniones y un amplio ‘business club’, que cuenta con 450 metros cuadrados

En paralelo a su crecimiento en las dos principales plazas del país, Madrid y Barcelona, IWG sigue con su plan de diversificación geográfica de la cartera. Después que en 2022 aterrizara en Logroño y Oviedo, la compañía prevé llegar en los próximos meses a Pamplona, Santander, Santiago de Compostela o Vigo. Este plan de expansión contempla alcanzar los 500 centros en España en 2030, con presencia en todas las ciudades del país.

IWG llevó a cabo el año pasado su primer contrato de franquicia, con la apertura de un centro Regus. Jiménez explica que la compañía sigue contando con el modelo franquiciado como una palanca de crecimiento en el mercado nacional, pero en los próximos meses quiere dar más recorrido a los contratos de gestión, por los que el propietario asume el capex necesario y participa en un porcentaje de los ingresos del operador.

“El 80% de los nuevos contratos que estamos firmando son bajo la modalidad management y vemos más posibilidad de seguir creciendo en gestión, con lo que esperamos que en dos o tres años este tipo de contratos se apliquen al 50% de todos nuestros centros”, destaca el country manager.  

Por último, Jiménez también apunta que el sector flex en España se dirige hacia una consolidación, ya que los requerimientos de los usuarios cada vez son más exigentes y las operadoras necesitan destinar más recursos a cumplir las expectativas del cliente, tanto a nivel de confortabilidad, como en tecnología y sostenibilidad.

“La demanda sigue disparada y eso significa que hay sitio para todos, pero para poder absorber esta demanda y cumplir con las exigencias del usuario hay que contar con músculo financiero, ya sea para seguir firmando aperturas, dotar al centro de todas las herramientas tecnológicas necesarias o cumplir con los máximos estándares de sostenibilidad” explica Jiménez que recuerda que esta especialización supone “que las empresas tengan que destinar más recursos y en paralelo, seguir siendo rentables, por lo que sería lógico que el mercado tendiese más hacia la concentración”, concluye Jiménez.