La incertidumbre ‘post Brexit’ continúa cebándose con Reino Unido: el ‘high street’ se desploma

Las consecuencias del Brexit siguen coleando en Reino Unido. Las ventas de bienes no alimenticios del comercio minorista del país marcaron en octubre su mayor caída de los últimos cinco años, según datos del British Retail Consortium (BRC). La facturación de las tiendas de moda, por su parte, sufrió una “fuerte sacudida”, según el organismo.

“Los consumidores parecen decantarse por las experiencias al aire libre y las excursiones en el último trimestre en lugar de visitar establecimientos”, ha dicho la directora general del BRC, Helen Dickinson. Las ventas en establecimientos (excepto alimentación) de Reino unido cayeron un 2,9% entre agosto y octubre. En el acumulado anual, el descenso se sitúa en el 2,1%, el peor desempeño registrado desde que el BRC inició la recopilación de datos en enero de 2012.

El retroceso del consumo general, por su parte, fue del 0,9% en octubre, la sexta bajada consecutiva este año. “Los datos son un indicador fuerte de la presión en el presupuesto de los hogares, incluso antes de que el Banco de Inglaterra elevase los tipos de interés”, señaló Mark Antipof, director comercial de Visa. En términos intermensuales, la caída del desembolso fue del 0,9% respecto al pasado septiembre.

Visa también señaló que el menor consumo de los británicos se debió a la reducción de los ingresos en los hogares del país. En este sentido, un reciente sondeo mostraba que los empresarios ingleses anticipaban una subida pequeña de los salarios de sus empleados, a pesar de una fuerte demanda de personal y una baja tasa de desempleo en Reino Unido.

En noviembre, la llegada del Black Friday y el Cyber Monday servirán para proporcionar una señal más nítida sobre cómo se presenta la inminente campaña de Navidad en Reino Unido, según Visa. Otros informes como un sondeo entre economistas elaborado por Reuters, que saldrá a la luz el jueves, prevén que las ventas de retail anoten su mayor desplome desde marzo de 2013, cuando la economía británica empezaba a salir de la crisis económica global.