El precio del alquiler repunta un 1,5% en julio y el IPC se dispara hasta el 10,8%

Los alquileres de las viviendas están contenidos. El IPC del arrendamiento de viviendas aumentó en julio un 1,5% respecto al mismo mes del año anterior, según los datos hechos públicos hoy del Índice de Precios de Consumo publicado por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

El tope decretado por el Gobierno al precio del alquiler a lo largo de este año se está reflejando en las estadísticas y, hasta el momento, está conteniendo los precios. Desde principios de año, el precio de los alquileres ha subido un 1,2% y respecto al pasado junio han aumentado una décima.

En cuando al índice general de precios definitivo, el IPC cayó un 0,3% en julio en relación al mes anterior, aunque disparó su tasa interanual hasta el 10,8% puntos, su nivel más alto desde septiembre de 1984 y seis décimas por encima de la registrada en junio.

El INE confirma así el dato que avanzó a finales del mes pasado, aunque ha elevado una décima el aumento mensual adelantado. Con el repunte de julio, la inflación encadena dos meses consecutivos por encima del 10%, después de que en junio se situara en el 10,2%.

Otros subgrupos relacionados con la vivienda reflejan aumentos de precios más acordes con el IPC general. Así, la conservación y reparación de viviendas refleja en julio un alza del 7% respecto al mismo mes de 2021 y cuatro décimas más que en junio.

La inflación subyacente, sin alimentos no elaborados, ni productos energéticos aumentó en julio hasta el 6,1%, su valor más alto desde enero de 1993

Igualmente, la categoría vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles, es decir, los suministros básicos de un hogar, registró en julio un incremento interanual del 23% y del 2,6% respecto al mes de junio. El encarecimiento de los precios de la energía explica este aumento en esta categoría.

De hecho, según el INE, la escalada del IPC interanual general hasta el 10,8% en julio se debe, principalmente, a las subidas de los precios de las viviendas, hasta el 23% a causa de los precios de la electricidad, además del vestido y calzado, con una variación anual del 5,0%, y a los alimentos y bebidas no alcohólicas, que sitúa su tasa en el 13,5%, la más alta desde el comienzo de la serie, en enero de 1994.

Por su parte, los precios de los transportes cayeron tres puntos en comparación con los datos de junio, hasta el 16,2%, por el descenso del precio los carburantes y lubricantes. La inflación subyacente (sin alimentos no elaborados ni productos energéticos) aumentó en julio seis décimas, hasta el 6,1%, su valor más alto desde enero de 1993.