De Londres a Bucarest: ¿Cuánto cuesta abrir una oficina en las principales ciudades europeas?
Los costes de construcción no son los únicos a los que deben hacer frente al gasto en dispositivos electrónicos, mobiliario y sueldo de los profesionales.
18 nov 2019 - 04:54
¿Dónde es más caro instalar una nueva oficina? En un mundo en el que las distancias cada vez son más cortas y donde las nuevas tecnologías permiten trabajar en cualquier rincón del planeta, los costes de implantación de una nueva sede pueden ser la clave para que las compañías se decidan por una ubicación concreta.
En este sentido, los costes de construcción significan, de media, el 58% de la inversión total que debe hacer una compañía al abrir nuevas oficinas en Europa, Oriente Medio y África. El resto se destina al mobiliario, con un 20% del total; la instalación de dispositivos informáticos, con un 17%, y el sueldo de los profesionales, con un 5%, según un informe publicado por la consultora JLL.
Las principales capitales de Europa Occidental son las ciudades con los costes de implantación más elevados, con París al frente, donde las compañías deben invertir 1.798,36 euros por metro cuadrado de oficina. Por detrás de la capital francesa se encuentran otros mercados maduros como Londres, donde la media está en 1.698,68 euros por metro cuadrado o Dublín, donde el metro cuesta 1.642,65 euros.
En el lado contrario de la balanza se encuentran las capitales del norte de África, sur de Europa y Europa del Este. En concreto, la ciudad donde es más barato instalar una nueva oficina es Bucarest, con 874,97 euros por metro cuadrado. Tras la principal urbe rumana se encuentran Lisboa, con 1.039,48 euros por metro cuadrado, y Madrid, con 1.057 euros por metro cuadrados.
Las capitales de Turquía y Egipto completan el top 5 de metrópolis más baratas. Así, Estambul se sitúa en los 1.066,16 euros por metro cuadrado y El Cairo, con un precio medio de 1.095 euros por metro cuadrado.
La aparición del trabajo flexible
El crecimiento de los espacios de trabajo flexible, que se especula que podrían llegar a dominar el 30% de los metros cuadrados terciarios en 2030, ha cambiado en gran medida los costes de implantación de las nuevas oficinas.
Bucarest, Lisboa y Madrid son las ciudades europeas donde es más barato abrir una nueva oficina
En este sentido, el auge del coworking ha obligado a repensar el diseño de las oficinas tradicionales para ofrecer a los empleados nuevos servicios e inmuebles pensados para facilitar el trabajo. Este cambio de paradigma en la distribución de los espacios de trabajo ha provocado un alza en el precio de abrir nuevas sedes ya que las empresas buscan algo más que cuatro paredes y muebles ergonómicos.
Además, los trabajadores han dejado de ser entes pasivos y cada vez reclaman más servicios a sus puestos de trabajo. Este hecho está provocando que los grandes propietarios estén destinando más recursos a la mejora de sus activos de oficinas ya que la opinión de los profesionales ha ganado fuerza en la toma de decisión sobre si es necesario cambiar o no de sede.
La calidad de las oficinas y de sus servicios se ha convertido en una de las claves de las empresas para conseguir retener el talento. Y si los inmuebles que ocupan no se lo permiten, salen al mercado para solucionar este problema.