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De digitalización a la flexibilidad: las tendencias del ‘corporate real estate’

Adoptar e invertir en tecnologías digitales es cada vez más importante, así como promover un espacio de trabajo inclusivo y flexible, según un estudio de JLL.

M. C. P.

8 jul 2019 - 04:57

 

De digitalización a la flexibilidad: las tendencias del ‘corporate real estate’

 

 

Digitalización, colaboración, flexibilidad y responsabilidad corporativa. Las empresas deben adaptarse a las nuevas tendencias. Adoptar e invertir en tecnologías digitales es cada vez más importante, por ejemplo, así como promover un espacio de trabajo inclusivo, responsable con el medioambiente y flexible, según el informe Top 10 tendencias globales en CRE, elaborado por la consultora JLL.

 

Las oficinas tradicionales están perdiendo fuerza, en favor de los espacios flexibles como los coworkings, que incrementarán su presencia en el mercado de oficinas. “La necesidad de agilidad y flexibilidad está impulsando un aumento exponencial de la demanda de espacio flexible”, sostiene el informe. Un incremento que no sólo permitirá responder a las necesidades de la plantilla, sino que contribuirá también a optimizar los activos inmobiliarios corporativos.

 

Por su parte, las instalaciones y las experiencias son los factores más valorados para atraer y retener a los empleados, un factor que influye directamente en la distribución de los espacios. Para el 62% de los inquilinos, uno de los equipamientos más importantes en las oficinas es la oferta de wellness y fitness.

 

 

 

 

Al mismo tiempo, “los espacios innovadores fomentan el compromiso de los empleados”, según datos de la consultora. El 53% de los empleados con acceso a espacios colaborativos se muestra comprometido con su compañía mientras que el 55% cree que el acceso a las tecnologías innovadoras en el espacio de trabajo incrementaría su productividad.

 

En cuanto a la innovación, invertir en tecnologías digitales es cada vez más importante. Sin embargo, esta apuesta debe ir de la mano de la definición de las prioridades y las áreas claves de inversión. Actualmente, sólo el 21% de los equipos de corporate real estate se hallan plenamente integrados con su negocio de tecnologías de la información.

 

La inclusión es, precisamente, una de las tendencias claves en el corporate real estate. En 2020 confluirán cuatro generaciones distintas, por lo que es imprescindible fomentar un espacio de trabajo que “promueva, respete y celebre la diversidad”. De hecho, las empresas que cuentan con diversidad étnica tienen más posibilidades de mejorar un 35% sus resultados.

 

 

  

 

La inclusión debe ir de la mano de la colaboración, tanto en términos de desarrollo de las capacidades internas como de asociación con empresas externas. Las empresas que cobraoran con sus proveedores tienden a crecer dos veces más rápido que sus homólogas.

 

La responsabilidad social de las empresas es otra de las grandes tendencias del corporate real estate. Compras responsables, implicación con la transparencia de la compañía, protección de datos o la reducción del impacto medioambiental son algunas de las características claves de una empresa comprometida. Actualmente, más de la mitad de las empresas afirma que garantizar la cadena de suministro responsable supone en la actualidad una mayor prioridad que hace cinco años.

 

Con todo, las compañías deben prepararse para nuevos cambios, apostando por la colaboración entre unidades de negocio, una actitud proactiva hacia el ámbito digital y la adopción de la externalización. De hecho, este tipo de empresas aumenta su beneficio un 31% con un horizonte de tres años, mientras que el resto de modelos lo hace en un 19%.

 

El cambio de las empresas y los espacios de trabajo sucede al mismo tiempo que la transformación de las ciudades. Según JLL, comprender las dinámicas de las ciudades es imprescindible para evaluar su repercusión en materia de ubicación, estrategia de cartera y acceso al talento. Entre las tipologías de urbes, se encuentran las innovadoras, con carácter emprendedor, como Milán, Silicon Valley o Tel Aviv; los megahubs, como Moscú o Bombay; o las influencers, con una esfera de influencia gubernamental transfronteriza, como Barcelona, Bruselas o Miami.