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Breeam, Leed o Verde: quién es quién en la guerra de los sellos

El Greeen Building Council español ha impulsado un sello patrio, el más barato del mercado, que aspira a competir con las grandes certificaciones internacionales.

Marta Tamayo

5 mar 2021 - 04:58

Breeam, Leed o Verde: quién es quién en la guerra de los sellos

Los sellos luchan por la relevancia ante el auge de la sostenibilidad. La pandemia ha puesto el foco en la resiliencia de los edificios y fondos e inversores han añadido la certificación medioambiental en su lista de imprescindibles para lanzarse a la inversión. Aunque las opciones son diversas: Breeam, Leed, Passivhaus, Well o Verde luchan en España para ganar terreno y dominar el parque.

 

Todos los certificados son expedidos por entidades ambientales sin ánimo de lucro que ofrecen cursos a los arquitectos para que puedan preparar los proyectos y presentarlos para que las mismas entidades certifiquen el proceso y otorguen el sello en la calificación obtenida.

 

Los asesores certificados deben estar implicados en el diseño y construcción del inmueble para asegurarse que el activo cumplirá con los requisitos necesarios para obtener el sello que propongan. “Un edificio medio de entre veinte o treinta viviendas puede tener un coste de asesoría de unos 20.000 euros, pero tiene muchas variables y es difícil de cuantificar”, explican desde Dmdv arquitectos, especializados en la asesoría de sellos Pasivas, Passivhaus, Leed, Breeam y Well.

 

Cada sello certifica un aspecto de la sostenibilidad poniendo en valor aspectos como el bienestar de los usuarios o la eficiencia energética. Ante la alianza de entidades y con la intención de llegar al mayor número posible de inversores, muchas promotoras optan por certificar sus activos con más de un sello.

 

 

Breeam, el rey británico

No todos los sellos certifican las mismas caracteristicas de los inmuebles. Uno de los más presentes en el mercado español es el británico Breeam, de sus siglas Building Research Establishment Environmental Assessment Methodology. En España, el sello se expide desde 2010 tras un acuerdo entre BRE Global y el centro tecnológico ITG con base en A Coruña.

 

Entre el consejo asesor de la compañía, que traza la estrategia de desarrollo del certificado se encuentran empresas como Cbre, Colonial, Bankia, Acciona Redevco, Neinor o Sacyr, y otras entidades como la Asociación Española de Centros Comerciales (Aecc), el Colegio de Arquitectos de Madrid (Coam) o la Empresa Municipal de Vivienda y Suelo de Madrid (Emvs).

 

Este sello se ha implantado en noventa países y ha certificado inmuebles como las sedes de los Juegos Olímpicos de Londres 2021, Sochi 2014 o el mundial de Rusia 2018, la sede de Coca-Cola en Francia y la de Ikea en Suecia, hasta más de 591.000 activos.

 

El sello Breeam evalúa los impactos medioambientales en distintas categorías y abarca desde el urbanismo a la edificación nueva y existente. Existen cinco sellos Breeam según el tipo de activo, el especializado en urbanismo, para grandes proyectos urbanos; el de vivienda, aplicable a viviendas unifamiliares y en bloque; el comercial, para oficinas, retail o industria ligera; a medida, para cualquier tipo de activo que no sea ni comercial ni vivienda, y el de uso, que pone el foco en la gestión de los activos existentes.

 

Además de la categoría, los sellos cuentan con un sistema de puntos que asigna una nota a cada proyecto. El baremo va desde pass, cuando la certificación es menos de treinta puntos, hasta outstanding cuando la puntuación es de 85 puntos o superior. Además, existe la certificación Good, con 45 o menos puntos; Very Good, con 55 o menos puntos, o Excellent, con setenta puntos o más.

 

La categoría más alta sólo ha sido obtenida por un 1% de los edificios evaluados y son considerados como activos innovadores, mientras que el Excellent se otorga a los edificios que cuentan con las “mejores prácticas”, según el organismo británico.

 

Este es de los más accesibles para los asesores porque se pueden realizar las gestiones en España y es el que suelen pedir los inversores europeos”, sostienen desde Dmdv arquitectos. La gestión se complica más con otro de los sellos más relevantes del mercado: Leed, acrónimo para Leadership in Energy and Environmental Design.

 

Leed, la ventana al capital yankee

El certificado Leed lo otorga el US Green Building Council con base en Washington y suele ser el sello que piden los inversores estadounidenses para realizar inversiones. Esta certificación se basa en la incorporación en el proyecto de aspectos relacionados con la ubicación y el transporte, el desarrollo sostenible de los espacios libres, la eficiencia del consumo de agua, la eficiencia energética y el uso de energías alternativas, la selección de materiales y desechos de construcción o el consumo de agua, entre otros aspectos.

 

Certificar los edificios como Leed puede ser una importante herramienta de márketing”, explican desde el estudio. Cada proyecto puede optar a un máximo de 106 puntos bajo la norma y puede alcanzar categoría de certificado, plata, oro o platino. Esta herramienta supone una gestión más compleja para los asesores, pero ofrece una mayor ventana internacional para dar a conocer el proyecto.

 

Además de los dos grandes sellos que dominan el mercado, hay otros sellos que se están haciendo un hueco en el mercado internacional como el sello Well otorgado por la organización estadounidense International Well Building Institute. El certificado se lanzó en 2014 y se aplica en el bienestar de los usuarios en inmuebles comerciales e institucionales. El sello cuenta con un sistema de hasta diez puntos y tiene tres categorías: plata, oro y platino.

 

Passivhaus, el garante alemán de la eficiencia energética

Otro certificado internacional es el de Passivhaus, surgido en Alemania. “Este sistema no está registrado, así que cualquiera puede presentar su construcción bajo este nombre sin que este certificada”, explican desde Dmdv Arquitectos.

 

Este sello se basa en la eficiencia energética y los activos que lo tienen cuentan con un gran aislamiento térmico, control de infiltraciones de aire, aprovechamiento de la energía solar o el consumo limitado, entre otros aspectos.

 

Este tipo de construcciones comportan grandes inversiones en su diseño y construcción, pero revierten en un gran ahorro energético de hasta el 70%. “Este tipo de sellos no se están produciendo tanto en el mercado español, porque es muy caro de realizar”, explican desde Dmdva Arquitectos.

 

Verde, el intento español

Más allá de los certificados internacionales que reinan en el mercado, el Green Building Council España ha impulsado su propio sello bajo el nombre de Verde que cuenta con menos recorrido por el poco reconocimiento internacional.  La certificación se mide en hojas y los activos pueden obtener de uno a cinco.

 

La entidad española se asoció el pasado diciembre con el Instituto Alemán de Construcción Sostenible y también podrá certificar bajo el sello Deutsche Gesellschaft für Nachhaltiges Bauen (Dgnb).