Mercado

2018, el año en que el residencial capitalizó (por fin) la recuperación

El boom de la vivienda continúa en España de la mano de promotoras que ahora optan por diversificar su oferta, atraer a nuevos compradores y sacar partido de la tecnología para mejorar su producto.

Berta Seijo

20 dic 2018 - 04:57

2018, el año en que el residencial capitalizó (por fin) la recuperación

 

 

Con más operaciones, destinos y oportunidades, así ha transcurrido el 2018 para el mercado de la vivienda en España. Después de años en los que la recuperación pareció no terminar de llegar al sector, este ha sido el año en el que los players del negocio residencial han hecho el agosto con nuevos proyectos, aprovechando al máximo la recuperación económica y el aumento de la demanda. En paralelo, la profesionalización parece haber llegado al sector para quedarse de la mano de empresas que aprovechan los avances tecnológicos, que se reinventan y que apuestan por el largo plazo.

 

En 2018, la compraventa de viviendas ha continuado con la senda alcista iniciada en 2017. En enero, el número de operaciones registró el mayor avance del año, con un incremento del 23% respecto al mismo periodo de 2017. Tras una caída del 3,1% en abril, este tipo de transacciones han ampliado su avance mes a mes debido, especialmente, al tirón de la compraventa de viviendas de segunda mano y a la recuperación de la vivienda de obra nueva.

 

Asimismo, los precios de la vivienda han continuado la senda alcista iniciada en 2013 y se han elevado en 2018 a ritmos superiores al 6% en España, según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Este indicador, además, creció a doble dígito en regiones como la Comunidad de Madrid y Cataluña, con subidas del 10% respecto al mismo periodo de 2017.  

 

 

 

 

“Este año probablemente será recordado como el de la vuelta de la promoción residencial con mayúsculas”, asegura Enrique Losantos, consejero delegado de JLL en España. En 2018, y tras varios años de parón, las grandes promotoras españolas han reforzado su cartera de activos e iniciado la comercialización de sus proyectos de manera significativa para satisfacer tanto la demanda de reposición como de primera vivienda.

 

En este sentido, para Cbre también “se ha cumplido la etapa expansiva que augurábamos de los promotores, con un año en el que se han registrado unos niveles de producción de obra nueva que responden a la intensa demanda del mercado”. Prueba de ello es que, sólo en los primeros ocho meses del año, se tramitaron un total de 17.151 visados para la edificación de activos de uso residencial, un 10,2% más que en el mismo periodo de 2017, cuando este tipo de permisos se contaron por 15.562.

 

Neinor, Metrovacesa, Aedas o Habitat son algunos ejemplos de grandes promotoras que han aprovechado al máximo el boom de la vivienda en 2018. Además, estas empresas no sólo se han centrado en Madrid y Barcelona para desarrollar sus proyectos, sino que han dejado clara su ambición por llegar a otros rincones de la geografía española.

 

 

 

 

La Costa del Sol, el litoral mediterráneo o el norte del país han visto incrementar su actividad inmobiliaria en este último año, y la demanda de suelo también ha repuntado en Baleares. Se trata, asimismo, de ubicaciones con una gran presencia de inversores internacionales, compradores que, sólo entre enero y septiembre de 2018, coparon el 13% de las operaciones sobre vivienda realizadas en España.

 

Británicos, franceses y alemanes son los que más se interesan por el ladrillo español. No obstante, en este ejercicio también se han sentado las bases para que el inversor internacional pueda dejar de ser uno de los motores del residencial en España. La incertidumbre del Brexit o la revisión de las golden visa anunciada por Bruselas el pasado noviembre podrían poner en jaque la demanda de vivienda por parte de extranjeros en el país en un futuro no tan lejano.

 

 

Los desafíos del sector

En 2018, los promotores han continuado pidiendo más suelo finalista y menos burocracia para frenar la escalada del precio de la vivienda y estimular la demanda entre los compradores jóvenes. Asimismo, los empresarios del sector temen que si esta situación no cambia el mercado se enfríe y los inversores y fondos internacionales se vayan con el capital a otra parte.

 

La Administración Pública también ha puesto contra las cuerdas a los promotores residenciales con ciertas iniciativas. Una de las más sonadas del año ha sido la propuesta de la alcaldesa de Barcelona para aumentar la vivienda social en la capital catalana. De hecho, a principios de diciembre Ada Colau anunció su acuerdo con la Generalitat de Catalunya para destinar un 30% de la promoción de obra nueva, rehabilitación o cambio de uso de edificios a pisos a precio asequible.

 

 

Promotores del siglo XXI

La digitalización y la diversificación se han convertido en dos motores del sector en 2018. Este año, las compañías han aumentado su apuesta por los activos alternativos (residencias de estudiantes, senior apartmentscoliving, etc.) con el fin de sacar partido al envejecimiento de la población y a la aparición de los consumidores millennials.

 

Por otro lado, la tecnología ha revolucionado el sector inmobiliario en 2018, con el big data, la realidad virtual, la colaboración con proptech, la eficiencia energética, la industrialización y la integración de nuevos canales como principales motores de innovación.