El logístico se prepara para un aumento de la demanda de última milla tras el Covid-19
El auge del comercio electrónico provocará un incremento de las necesidades de almacenaje y distribución tanto en las cercanías como en el interior de las principales ciudades.
21 may 2020 - 05:00
El coronavirus impulsa a la logística de última milla. El confinamiento provocado por la pandemia del Covid-19 ha acelerado la penetración del comercio electrónico en la sociedad española. Aunque una parte de los clientes volverán a la compra física con la vuelta a la normalidad, los expertos prevén que parte del incremento de demanda se mantenga en el tiempo.
Este crecimiento tendrá como principal consecuencia un aumento de la demanda de espacios para logística de última milla tanto en las cercanías como en el interior de las principales ciudades. El objetivo de los operadores será poder dar servicio al centro de las urbes en el menor tiempo posible, lo que se traduce en estar cerca de las rondas en Barcelona o en el interior de la M-40 en Madrid.
“En los próximos meses va a haber una gran demanda de espacios en las afueras de Barcelona y Madrid”, asegura a EjePrime el director de logística de JLL, Pere Morcillo, especialmente en aquellas ubicaciones que “te permitan colocar mercancía en el centro de la ciudad en menos de treinta minutos”, apunta.
El principal aumento de la demanda será de aquellos activos que permitan llegar al centro de la ciudad en menos de media hora
Precisamente el almacenaje de mercancía proveniente del comercio electrónico y su posterior distribución en las ciudades acelerará la demanda de espacios de almacenaje y distribución, una demanda que ya estaba creciendo en los últimos años.
El director de industrial y logística de Knight Frank, Alejandro Vega-Penichet, asegura que, a pesar del confinamiento, se han cerrado operaciones con un volumen de inversión superior a sesenta millones de euros en España desde la irrupción del coronavirus. Asimismo, las operaciones que están sobre la mesa pero que se han pospuesto por la crisis del coronavirus superan los 300.000 metros cuadrados de superficie.
Una de las principales consecuencias del aumento del comercio electrónico será un mayor atractivo de los activos logísticos ocupados por las empresas del sector. Alberto Larrazábal, director nacional de Industrial&Logística de Cbre, explica que estos inmuebles “podrían salir fortalecidos de la situación actual”.
La logística urbana partirá del retail
A diferencia de lo que pasa en ciudades como París o Londres, tanto Barcelona como Madrid tienen una superficie que hace factible la distribución de mercancías desde fuera de la trama urbana, sin necesidad de usar naves logísticas dentro de la propia urbe. Sin embargo, Vega-Penichet explica que “el coronavirus está acelerando la búsqueda de activos logísticos dentro de las ciudades”.
El principal escollo para este tipo de activos son la normativa, que según Morcillo “no está pensada para el almacenaje”. Además, el responsable de industrial y logística de Savills Aguirre Newman, Antonio Montero, asegura que la aparición de activos logísticos en la trama urbana depende de “una flexibilización de usos por parte de las administraciones”.
Otro punto a tener en cuenta es el de la sostenibilidad y la movilidad, ya que estos activos requieren una gran cantidad de vehículos tanto para la entrada como para la salida de mercancías. Por ello, los expertos consultados coinciden en que los locales comerciales pasarán a ser una parte más de la cadena de distribución de las compañías, especialmente en lo referente al click and collect.
Los locales comerciales pasarán a ser una parte más de la cadena de distribución de las compañías
“El reparo a domicilio es uno de los puntos más ineficientes del sector logístico”, explica Morcillo, por lo que muchas empresas decidirán usar los locales comerciales como un mix entre retail y logística que permita reducir costes.
Además, reconvertir los activos comerciales en puntos de almacenaje y distribución permitirá reducir los costes de la logística inversa, ya que los clientes deberán devolver los productos que no quieran quedarse en las tiendas.