Merlin retoca su estrategia: menos compras e inversión de 200 millones en su cartera actual
La compañía ha puesto en marcha un "ambicioso" plan de reformas con el objetivo de mejorar las rentas de los inmuebles y con el reto de incrementar los índices de ocupación de los activos provenientes de Metrovacesa.
26 abr 2017 - 16:59
Merlin retoca su estrategia de inversiones. Ismael Clemente, consejero delegado de la socimi, ha asegurado que la estrategia de la compañía pasa ahora por "comprar menos y de forma mucho más selectiva" e invertir 200 millones en los activos que ya tiene para mejorar su posicionamiento. Este plan será el que aplique la empresa en los próximos cinco años.
Hasta ahora, la compañía había aprovechado la situación del sector para engordar su cartera con activos a buen precio. En la situación actual, es difícil que surjan oportunidades de compra a esos precios, por lo que ahora la creación de valor vendrá "de lo que ya tenemos en balance", ha apuntado.
Así, la compañía ha puesto en marcha un "ambicioso" plan de reformas con el objetivo de mejorar las rentas de los inmuebles y con el reto de incrementar los índices de ocupación de los activos provenientes de Metrovacesa, con la que se fusionó el año pasado dando lugar a la mayor inmobiliaria del país.
Por otra parte, ha destacado que "por fin" se empiezan a recuperar las rentas de forma significativa, incluso en oficinas, donde en algunas zonas ya se perciben mejoras de ocupación y mayor capacidad de pago por parte de los inquilinos. La firma seguirá apostando fuertemente por el sector logístico, donde a día de hoy cuenta con 300.000 metros cuadrados en obras en ejecución, y por reducir deuda con el excedente de caja y mediante desinversiones (unos 50 millones en 2017).
Incentivos a directivos
En la junta, Merlín también ha detallado el nuevo plan de incentivos a directivos y ha subrayado que subordinará, por primera vez, la rentabilidad del empleado a la rentabilidad del accionista y a la eficiencia de la compañía. El plan a directivos 2017-2019 estará vinculado en un tercio a la evolución de la acción compañía en bolsa y será pagadero en efectivo.
Los dos tercios restantes irán vinculados al crecimiento del patrimonio neto (valor de los activos) de la compañía, por lo que no se pagará en mano, sino en acciones, y los beneficiarios tendrán que esperar dos años para cobrarlo, con el objetivo de asegurar que no se destruye valor.