El Clúster de la Edificación propone nueva financiación para la construcción industrializada

La construcción industrializada pide paso. El Clúster de la Edificación propone nuevas vías de financiación para la industrialización del sector, algo que contribuiría parcialmente a “solventar el problema de la vivienda”, en palabras de Juan Antonio Gómez-Pintado, presidente del Clúster de la Edificación y de Vía Ágora. El directivo ha indicado que el objetivo es alcanzar un ritmo de construcción de 200.000 casas nuevas cada año, mediante la utilización de componentes generados en tres materiales (madera, hormigón y acero), por lo que se podría llegar a experimentar una evolución similar a la del sector del automóvil. En una rueda de prensa celebrada este martes en Madrid, esta organización se ha unido a Analistas Financieros Internacionales (Afi) para presentar sus principales propuestas.

Por un lado, sugieren un primer instrumento que “trataría de impulsar el crecimiento del sector mediante la aparición de nuevos actores, que introduciría mejoras en el proceso productivo y generaría actividad económica en otros entornos”. Según ha explicado Enrique Martín, director asociado de Afi, esta herramienta iría dirigida a pequeñas y medianas empresas y podría cubrir entre un 80% y un 90% de la financiación del proyecto, hasta un máximo de 15 millones de euros.

Los fondos irían destinados a inversión para la compra, construcción, ampliación y/o adecuación de naves industriales e instalaciones; compra o renovación de equipos de producción; activos fijos intangibles como software específico, patentes, licencias, etc., y también gastos de circulante asociados a las inversiones productivas realizadas. Martín ha indicado que el volumen de financiación pública estimado sería de entre 300 y 600 millones de euros, cantidad que permitiría cubrir la inversión necesaria para la creación de nuevas instalaciones, así como en equipamiento. 

Esperan que se lleguen a construir 200.000 viviendas nuevas cada año

Por otra parte, Afi y el Clúster de la Edificación también apuntan a la creación de una segunda herramienta destinada a la financiación de circulante, que serviría de apoyo para los fabricantes del sector y trataría de “reducir su elevada dependencia de otras fuentes, como el promotor, y también facilitar el acceso al crédito bancario”.

Este instrumento estaría ideado para la compra de materiales, fabricación de componentes estandarizados, proyectos contratados y otros gastos generales. Según los cálculos de Afi, esta herramienta debería constar de una línea disponible de entre 3.000 y 4.000 millones de euros, que tendría como objetivo atender las necesidades de financiación en cuanto a materias primas y producción de componentes. Martín ha añadido que “en paralelo, algunos ajustes en la actividad de las administraciones podrían apoyar el desarrollo del sector mediante la incorporación de criterios de contratación pública o de financiación de proyectos con este modo de construcción”. 

Ambos portavoces han señalado que estas dos herramientas serían sencillas de lanzar. Según ellos, se podrían basar en fondos nacionales y contar con el apoyo de fondos europeos. “Además, incorporan una serie de medidas variables, por lo que se podrían implementar en licitaciones públicas, procesos de concesión de suelo, contratación de obra, etc.”, han agregado. Con todo, consideran que “lo ideal” sería que el Gobierno de España acompañara al sector en su crecimiento. Así, se podrían poner en marcha proyectos más ambiciosos de industrialización, que resulta necesaria debido a la “imperiosa” necesidad de contar con más viviendas disponibles, según ellos.

Consideran que las administraciones públicas “podrían apoyar el desarrollo del sector”

El presidente del Clúster de la Edificación también ha hecho alusión a que el impulso de los métodos modernos de construcción, además de contribuir a paliar la falta de vivienda disponible, resolvería otras problemáticas a las que se enfrenta el sector, como la falta de mano de obra y relevo generacional. Ha detallado que “el tejido empresarial español está compuesto en gran parte por pymes, microempresas y autónomos, muchos pertenecientes al baby boom, que se jubilarán en próximos años, por lo que la sustitución y el relevo están muchas veces muy comprometidos”.  

Al ser preguntado por el impacto de la industrialización en el empleo, Gómez-Pintado ha explicado que “como mínimo, será neutro; la mano de obra será más especializada y los profesionales estarán expuestos a menos riesgos, trabajarán en una fabrica y no necesitarán desplazarse cientos de kilómetros”.