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Especial 2022: el año en que llegó el miedo a otra crisis inmobiliaria

2022, el año en que los materiales han encendido las alarmas por su repunte histórico

Aunque el alza se arrastra desde 2020, el estallido de la guerra en Ucrania y el incremento de la inflación han dinamitado el precio de materiales. 

Abel Pujol

27 dic 2022 - 04:56

En el sector de la construcción, la atención se centra en reducir la dependencia de materiales difíciles de reutilizar, como el hormigón, el cemento y el acero

 

 

Uno de los problemas transversales del sector inmobiliario en 2022 ha sido el auge de los costes de los materiales para la construcción y su impacto en los retornos esperados de los proyectos. El fuerte repunte en muchos de los componentes esenciales del proceso constructivo ha provocado que las empresas haya tenido que llevar a cabo la redimensión de muchos presupuestos, un hecho que ha levantado las demandas de la gran patronal del sector.

 

Después de meses de lucha y reclamaciones, las quejas de la Confederación Nacional de la Construcción (CNC) consiguieron que el Gobierno tramitase hasta tres reales decreto que comprendieran la revisión de las licitaciones públicas, con el objetivo que estas incorporasen los vaivenes en los precios de los materiales.

 

Una vez analizado el alcance de las medidas, la patronal volvió a elevar su voz señalando que la nueva legislación era insuficiente y volvía a poner sobre la mesa el gran número de obras públicas que han quedado desiertas en los últimos meses como consecuencia de este rally en los precios. 

 

CNC advertía en octubre tomando los datos de un informe de elaboración propia que, entre octubre de 2021 y septiembre de 2022, quedaron desiertas 1.939 licitaciones públicas por el auge de los costes asociados, por lo que no se pudieron iniciar obras por importe de 883 millones de euros. La patronal señalaba que, sólo entre enero y septiembre de 2022, el número de licitaciones desiertas fue de 1.455, impidiendo iniciar obras por importe de 652 millones de euros

 

 

 

 

En el ámbito privado, la mayoría de las promotoras han apuntado durante todo este año que han tratado de renegociar los proyectos en los que el precio de los materiales suponía un repunte en los costes, aunque admitenque en muchos casos han tenido que asumir la penalización en los márgenes.

 

Las promotoras también han admitido que como consecuencia de la contingencia se han visto obligadas a aparcar algunos proyectos no estratégicos, a la espera de la relajación de precios en los mercados, un escenario que, con la cronificación del conflicto armado en Ucrania y las continuas interrupciones en la cadena de suministro no tiene visos que acontezca a corto plazo. 

 

En este sentido, el 55% de las empresas consultadas por el Barómetro de Empresas Inmobiliarias en España 2022, elaborado por EjePrime y la consultora aProperties y publicado el pasado octubre, reconocía que durante el año ha descartado proyectos por la subida de los costes de los materiales. El lado positivo era que, según los panelistas consultados, el 52% creía que los costes ya no seguirán subiendo, frente al 48% que sí lo preveía.

 

 

Los materiales encienden las alarmas por su repunte histórico

 

 

La guerra dinamita los precios

 

Si bien el repunte en los precios de la construcción es un problema que se arrastra desde 2020, cuando las interrupciones en la cadena de suministro derivadas de la situación de emergencia sanitaria global impactaron directamente en el precio de materiales como el acero o la madera, el estallido de la guerra en Ucrania acabó por acelerar la tendencia al alza de los costes de la construcción. 

 

Según la estadística publicada mensualmente por el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma), el índice de costes de marzo, el mes posterior al estallido del conflicto en Ucrania, situó el precio de los materiales un 14,5% por encima que un año antes, destacando entre ellos el precio del acero, que avanzó un 51% en comparativa interanual y un 7,5% respecto al mes anterior.

 

Aunque el conflicto bélico acentuó la tendencia al alza del acero, este ya había experimentado una voluptuosidad en cuanto a precio desde mediados de 2020. 

Debido a problemas en las cadenas de suministro, el material llegó a su precio más alto en agosto de 2021, cuando la bobina en el mercado de futuros de Estados Unidos llegó a cotizar a 1.940 dólares.

 

De hecho, el coste del acero casi se cuadruplicó respecto a un año antes, ya que en verano de 2020 el precio de la bobina de acero se situaba en 500 dólares la unidad. Desde máximos de agosto de 2021, el precio siguió una tendencia a la baja, hasta situarse la bobina en mil euros por unidad a principios de 2022. Sin embargo, el inicio de la guerra en Ucrania volvió a disparar el coste del material hasta alcanzar los 1.500 dólares a cierre de marzo. 

 

 

 

 

Otros materiales que siguieron experimentando un precio al alza fueron la madera, con un repunte interanual del 19,47% en marzo; los sintéticos, con un alza del 23,5%, o el vidrio plano, que registró un incremento del 28,52% respecto un año antes. Además, tubos de cobre y de plásticos también se encarecieron por encima del 20% respecto a marzo de 2021

 

Otro componente del proceso constructivo que ha visto como su precio escalaba durante 2022 hasta límites insospechados ha sido el cemento. El material registró una subida de precio interanual del 18% a cierre del tercer trimestre, la mayor de la serie histórica iniciada en 2003, según el Índice de Precios Industriales (Ipri) publicado por el Instituto Nacional de Estadística (INE). 

 

De hecho, el precio del cemento llevaba meses anotando subidas récord. En mayo, el coste del material anotó una subida interanual del 14,3%, el mayor repunte de la serie histórica hasta el momento. Un hito que volvió a reproducirse en junio, con un repunte del 16,5%, y en julio y agosto, cuando el material anotó un aumento de precio del 16,8%. Hasta entonces, la mayor subida del precio del cemento se había producido en febrero de 2006, cuando el Ipri marcó un aumento del 9,3%. 

 

Por su parte, la fabricación de elementos de hormigón, cemento y yeso, que engloba también otro tipo de materiales, registró una subida de precio del 17% en el tercer trimestre comparado con en el mismo periodo de un año atrás. En los nueve primeros meses del año, estos materiales acumulaban una inflación del 16%.

 

 

 

 

La esperanza al final del túnel

 

Después de casi dos años registrando subidas en comparativa intermensual, los costes relacionados con el proceso constructivo empezaron a dar síntomas de desaceleración el pasado verano.  En julio, el índice de costes de la construcción publicado por el Mitma se situó en 131 puntos, casi un punto y medio por debajo del índice de junio.

 

El registro de julio supuso el segundo mes consecutivo donde el índice retrocedía, todo un hito teniendo en cuenta que desde agosto de 2020 a mayo de 2022 el índice sólo registró subidas. 

 

Si bien es cierto que en la estadística intermensual el índice retrocedía, la comparativa anual aún se mantenía disparada. Según el Mitma, en julio, el índice de costes de materiales de la construcción acumulaba una variación interanual del 16,8%, manteniéndose en máximos de la serie histórica. Como en el mes anterior, el descenso del precio del acero registrado en julio fue sido clave para rebajar la presión sobre los materiales. 

 

 

 

 

De junio a julio, el precio de este material retrocedió un 8%, pasando en el mercado de futuros de Estados Unidos de 885 dólares por una bobina de acero a 780 dólares por bobina. 

Desde entonces, el índice de costes de la construcción publicado por el Mitma ha mantenido una tendencia a la baja.

 

Según los últimos datos disponibles, correspondientes a septiembre, los costes de la construcción anotaron un repunte interanual del 12,8%, situándose el índice en 130,23 puntos, lo que representó el tercer mes consecutivo con el índice a la baja. En septiembre, el acero había moderado su alza interanual al 19%, aunque otros materiales, como el yeso o la cal, registraron repuntes del 50% respecto al mismo mes de 2021

 

El grito de alerta de la patronal

 

En su informe del pasado octubre de la CNC sobre las licitaciones que habían quedado desiertas por la inflación en los materiales de la construcción, la patronal territorializa este fenómeno. En concreto, la comunidad autónoma más afectada fue Cataluña, donde el número de obras desiertas fue de 378, representando un volumen económico por encima de los 130 millones. 

 

Por número de licitaciones desiertas, le siguieron Castilla-La Mancha (226 obras valoradas en 101 millones de euros), País Vasco (168 licitaciones desiertas con un agujero de más de 62 millones de euros) y Andalucía y Castilla y León, ambas con 147 contratos públicos sin cubrir (por 105 millones de euros y 56 millones de euros, respectivamente).

 

 

 

 

Asimismo, la patronal señala que el importe medio por obra sin licitar en el último año supera los 455.000 euros, lo que refleja que las hay de todos los tamaños, afectando tanto a grandes como -especialmente- a las pequeñas y medianas constructoras.

 

En opinión de la patronal, estas cifras revelaban el fracaso de los tres reales decretos de revisión de precios aprobados en Consejo de Ministros entre marzo y agosto de 2022, además de suponer una amenaza directa tanto para las inversiones contenidas en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia como para la ejecución de los fondos europeos.

 

CNC adviertía de que, sólo entre enero y septiembre de 2022, el número de licitaciones desiertas fue de 1.455, impidiendo iniciar obras por importe de 652 millones de euros. Esta advertencia de la patronal también sefundamentaba en otro informe presentado en enero, en el que señalaba que, entre octubre de 2021 y enero de 2022, habían quedado desiertas casi 500 obras públicas por valor de 230 millones de euros.

 

 

señala que el importe medio por obra sin licitar en el último año supera los 455.000 euros

 

 

Volver a los orígenes


Ante este repunte exponencial de los materiales más utilizados para el proceso constructivo, ya se alzan voces en el sector que apuntan a la utilización de materiales alternativos que, teniendo en cuenta el precio de los componentes actuales y el avance de la sostenibilidad en todas las esferas del real estate, pueden erigirse como alternativa a estos.

 

Según un informe reciente elaborado por la firma de software PlanRadar, que encuesta actores de la construcción y la arquitectura de doce países: Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Austria, Francia, España, Italia, Eslovaquia, Chequia, Hungría, Polonia y Emiratos Árabes Unidos, la actividad constructora global espera a corto y medio plazo la utilización de nuevo de materiales orgánicos y más sostenibles, como el cáñamo, la paja, la madera o la arcilla. 

 

Así, según el informe, el cáñamo es el material que más países utilizarán en el futuro. Este elemento se usa para fabricar ladrillos y planchas, así como hormigón de cáñamo, que es un excelente aislante para paredes, suelos o techos. En todas sus formas, el cáñamo es un material sostenible y sólo en Europa su producción ha aumentado un 75% de 2015 a 2019, siendo Francia, Países Bajos y Austria los mayores productores de la Unión Europea. 

 

La madera es otro de los materiales que más se prevé utilizar, aunque presenta algunos inconvenientes. Sobre todo en el caso de los edificios de varias plantas, ya que se aconseja que los cimientos sean del tradicional hormigón para garantizar la resistencia. El tercer material más popular entre los diferentes países analizados es el uso de material reciclado, que busca reducir al mínimo los residuos generados. 

 

En el sector de la construcción, la atención se centra en reducir la dependencia de materiales difíciles de reutilizar, como el hormigón, el cemento y el acero. Los materiales más fácilmente reciclables son la madera, los ladrillos, los plásticos, los textiles, el cartón yeso y el vidrio.

 

 

 

 

Otro material del futuro es la arcilla, uno de los elementos de construcción más antiguos y comunes en todo el mundo. Se utiliza sobre todo para crear ladrillos y tejas y se le considera sostenible porque se necesita relativamente poca energía para extraerla y refinarla para que sea adecuada para la construcción. 

 

El análisis también destaca que los usos de la paja en la construcción son sorprendentemente diversos. El uso más frecuente de la paja es como aislante dentro de los muros, aunque un uso más moderno se basa en formar parte de paneles fabricados. 

 

En España, la tendencia la marca la utilización de elementos de economía circular, es decir, aquellos que pueden tener varias vidas útiles al reutilizarse y reciclarse en nuevos elementos para la construcción. Los expertos del sector en España apuntan en el informe al micelio y los hongos como otro material de construcción del futuro.

 

Esta alternativa sostenible se puede utilizar para crear bloques y paneles de micelio que pueden ser utilizados como tabiques, paneles estructurales, membranas aislantes, placas acústicas o como adhesivo de otros materiales”.