Las energías renovables, el turismo rural y la logística ponen su ojos en el suelo rústico
Su abundancia y su precio les hace objeto de deseo para fondos y grandes empresas que lo consideran estratégico. El precio medio de la tierra para uso agrario aumentó en 379 euros la hectárea hasta los 9.967 euros en 2023.


15 abr 2025 - 05:00
El problema del suelo. La escasez de suelo es una realidad tanto en el sector residencial como en el logístico y ello se traduce en importantes incrementos de precios. Esta falta de ‘materia prima’ está contribuyendo a que la construcción de vivienda nueva sea insuficiente para satisfacer la demanda. En el caso de la logística se buscan nuevas ubicaciones ampliando el abanico de los actuales ejes de actividad. Bajo esta realidad el suelo rústico está llamado a ganar protagonismo y convertirse en el centro de atención de un importante número de operaciones.
El mercado de fincas rústicas en España se mantiene fuerte y estable y todo apunta a que así va a continuar a lo largo de los próximos años. La demanda de nuevos emplazamientos logísticos, la creación de centros de bases de datos, nuevas inversiones en energías renovables, junto al auge de los negocios de turismo rural y la agricultura ecológica, auguran un futuro prometedor, a la vista del interés que suscita este suelo rústico.
Este mercado se mantendrá activo a lo largo de los próximos años, con crecimientos moderados que irán acompasados con la evolución macroeconómica y los fenómenos climáticos extremos. A todo ello hay que añadir a corto plazo la incertidumbre geopolítica derivada de la política comercial de Estados Unidos.
Un factor determinante para este ejercicio va a ser el empuje de la inversión en energías renovables
El último informe de fincas rústicas elaborado por la consultora Gesvalt anticipa este interés, al considerar que un factor determinante para este ejercicio va a ser el empuje de la inversión en energías renovables. Si en 2023 la superficie ocupada por parques solares alcanzó las 50.000 hectáreas, el 0,2% de la superficie agraria útil del país, en 2016 estos parques ocupaban cerca de 19.000 hectáreas, lo que supone un aumento en estos años del 166%.
Esta cifra irá en ascenso gracias a la necesidad de diversificar las fuentes de energía y cumplir así con los objetivos de sostenibilidad, junto al interés que están mostrando grandes empresas y fondos de inversión que ven estos terrenos estratégicos, para el desarrollo de infraestructuras fotovoltaicas y eólicas.
Tras un periodo marcado por un notable crecimiento del mercado de naves y centros de almacenamiento y distribución logística, es necesario estabilizar el negocio, según recoge el informe The Logistics Property Telescope de EY. Pese a que aún puede ser prematuro afirmar un cambio radical en la situación actual, los movimientos que se ven en el mercado van en la línea de ir descentralizando el sector y ampliar esos tres ejes actuales localizados en Madrid, Barcelona y Valencia y aquí es donde el suelo rústico puede jugar un papel importante.
Por otro lado, determinadas comunidades como Aragón Cataluña y Madrid ya se han pronunciado hacia una seria apuesta por la implantación de nuevos centros de datos. Recientemente Azora anunció la promoción de un centro de datos en Villamayor de Gállego (Zaragoza), con una inversión de 1.100 millones de euros y 150 megavatios asegurados, aunque la intención de la empresa es pasar a 300 megavatios. Curiosamente en la misma localidad zaragozana es donde Microsoft va a levantar uno de sus tres centros de datos, que ocupará una superficie de 80 hectáreas.
Los precios cambiarían notablemente con el cambio de uso y recalificación de los mismos
En este tipo de suelo, el precio es otra variable para tener en cuenta, si bien no es el problema, como sucede con el residencial que su escasez dispara el precio. Según datos del Ministerio de Agricultura el precio medio de la tierra para uso agrario aumentó en 379 euros la hectárea hasta los 9.967 euros en 2023 (prácticamente 1 euro por metro cuadrado), lo que supone un aumento de casi el 4% frente al año anterior. Precios no obstante, que cambiarían notablemente con el cambio de uso y recalificación de los mismos si fuese necesario.
Las agencias inmobiliarias entrarán en este mercado lo que derivará en una profesionalización de las operaciones que se lleven a cabo. Los datos conocidos hasta ahora confirman este interés. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) reflejan que en 2024 hubo casi 450.000 transmisiones de fincas rústicas. Las compraventas crecieron el 4,3% en tasa interanual con 155.876 operaciones. Castilla y León, Andalucía, Comunidad Valenciana, Castilla La Mancha y Aragón fueron las regiones con mayor número de compraventas, mientras que el menor número se produjo en La Rioja, País Vasco y Navarra.
Cocampo prevé que la compraventa de fincas aumentará un 31,2% durante esta década con respecto a la anterior, por lo que alcanzará la cifra de 1,59 millones de operaciones. Si se mantienen las tendencias actuales, durante los próximos cinco años (2025-2029), se comprarán 839.468 fincas rústicas en España, un 52,9% de las operaciones estimadas por la plataforma para esta década, y un 25,8% más que en el periodo de 2015 a 2019.