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Cómo saber si viene una recesión: las ‘red flags’ que anticipan las crisis

Una caída abrupta del empleo, cambios en la pendiente de la curva de tipos, pérdida de confianza de los directores de compra o el estancamiento del precio de las materias primas son indicadores que alertan de un cambio de ciclo.

Abel Pujol

2 sep 2022 - 04:54

Cómo saber si viene una recesión: las ‘red flags’ que anticipan las crisis

 

 

Pedro, ¿viene o no viene el lobo? Cada vez retumban con más fuerza los augurios advirtiendo de que las economías occidentales entrarán en recesión entre el último trimestre de este ejercicio y el primero del próximo. Pero ¿se puede anticipar un cambio de ciclo?¿Es posible que ya estemos en recesión y no lo sepamos?

 

Predecir una crisis es una de las tareas más difíciles para los economistas, incluso los más expertos, y las estadísticas lo refrendan. Entre 1991 y 2016, el Fondo Monetario Internacional (FMI) pronosticó correctamente 47 recesiones económicas sobre una muestra de 117 países. En realidad, en el periodo se registraron 313 recesiones.

 

“Es bastante inexacto utilizar como único indicador para identificar una recesión el hecho que una economía sufra dos caídas consecutivas del Producto Interior Bruto (PIB)”, señala José Ramón Díez, director de Economía y Mercados Internacionales en CaixaBank Research. “A nadie se le ocurre decir que la economía estadounidense está actualmente en recesión porque su PIB haya caído dos trimestres seguidos cuando las cifras de empleo se mantienen estables y no se está produciendo una disminución significativa de la actividad de forma generalizada”, remacha Díez.

 

 

La mayoría de economistas apuntan otros indicadores más fiables que las caídas del PIB, como la tasa de desempleo, los cambios en la pendiente de la curva de tipos, la pérdida de confianza de los directores de compras, el estancamiento del precio de las materias primas o la desaceleración de las ventas minoristas que, combinados, sí que pueden ilustrar sobre si una economía está en retroceso, aunque para ello los componentes que explican esa reducción de actividad deben activarse de forma sostenida en el tiempo.

 

El directorde Economía y Mercados Internacionales de CaixaBank Research destaca el empleo como el parámetro que puede dar más pistas de si se acerca una recesión. “No conozco ninguna recesión en la que el empleo no haya caído de forma sustancial”, sentencia Díez.

 

Según los datos de la última Encuesta de Población Activa (EPA) publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), en España el número de ocupados aumentó en 383.300 personas en el segundo trimestre de 2022 respecto al trimestre anterior (1,91%) y se situó en 20,4 millones de trabajadores, un 0,61% más respecto el trimestre anterior.

 

 

En el ámbito de las expectativas de los mercados financieros, uno de los indicadores más relevantes para las proyecciones es el comportamiento de la pendiente de la curva de tipos de interés, que señala si el mercado confía en la buena marcha a corto, medio o largo plazo.

 

Un aplanamiento de la curva de tipos denota que el rendimiento de los bonos con vencimiento a corto plazo se acerca al del bono a largo, mientras que la inversión de la curva acontece cuando los tipos de interés a corto plazo son más elevados que los de largo.

 

"La Reserva Federal (Fed) ha anunciado subidas periódicas de tipos para los próximos meses con el objetivo de aplacar la inflación, pero este endurecimiento monetario puede provocar una recesión y dar paso a nuevas bajadas de tipos en la segunda parte de 2023; una pendiente negativa de los tipos de interés anticiparía ese escenario, con las rentabilidades de largo plazo por debajo de las de corto plazo”, apunta Díez.

 

 

Otro canario en la mina de la recesión es el índice PMI, que mide la confianza de los directores de compra en el sector industrial. Cuando un PMI es superior a cincuenta puntos significa que los directores de compra tienen confianza y anticipan una expansión económica, mientras que una lectura inferior a cincuenta puntos denota contención en las compras.

 

El PMI manufacturero de la Unión Europea, publicado ayer, se situó en agosto en el 49,6, una décima por debajo de las previsiones de los analistas. El mismo indicador de Estados Unidos, también publicado ayer, alcanzó 51,5 puntos, dos décimas por encima de las previsiones.

 

Otro parámetro a monitorizar para intuir una crisis económica es el precio de ciertas materias primas agrícolas e industriales, si bien ahora algunas cotizaciones siguen distorsionadas por el estallido de la guerra en Ucrania

 

El precio del trigo cayó en julio un 20% respecto al mismo mes del año anterior, de 480 dólares por tonelada a 390 dólares por tonelada, después del anuncio que Rusia y Ucrania habían llegado a un acuerdo para crear un corredor a través de Turquía por donde evacuar el trigo varado como resultado del conflicto bélico. El precio del aluminio también acumula un descenso anual del 13% y el del cobre registra un descenso de casi el 20% en del London Metals Exchange (LME), con lo que este indicador sí que anticipa actualmente un freno en la actividad industrial.

 

 

Otro factor es el comportamiento de las ventas minoristas, que permite observar si hay un freno consolidado del consumo. En caso afirmativo, sí que impactaría directamente en la actividad general y avanzaría una posible recesión. “El consumo representa más del 60% del PIB en las economías importantes, con lo que su freno abrupto es una señal de crisis”, destaca Díez.

 

El economista apunta que sería muy interesante monitorizar la evolución de las ventas de las grandes empresas de distribución del país, como Inditex, para poder intuir más rápidamente si el consumo está cayendo a mayor o menor velocidad. Según los últimos datos publicados por Eurostat, en junio las ventas minoristas en la Unión Europea cayeron un 1,2% en comparativa interanual.

 

Otros indicadores habituales en el análisis del devenir económico son las ventas de automóviles, más específicamente la matriculación de vehículos de carga, o la rentabilidad de los bonos de los países más avanzados, aunque se consideran parámetros secundarios para completar el análisis sobre si una economía está o no bajo el yugo de la recesión.