Comercial

De Chanel a LVMH: los gigantes del lujo pugnan por la compra de activos en Nueva York

Después de la crisis que vivió el retail durante los años de pandemia, el efecto péndulo ha llegado al lujo y los mayores grupos compiten ahora por hacerse con los principales enclaves del high street mundial.                     

De Chanel a LVMH: los gigantes del lujo pugnan por la compra de activos en Nueva York
De Chanel a LVMH: los gigantes del lujo pugnan por la compra de activos en Nueva York
Chanel se sumó a principios de semana a la puja de LVMH por un edificio de la Quinta Avenida de Nueva York.

Cristina Sánchis

12 abr 2024 - 05:00

Guerra de compras y alquileres en el lujo. Después de la crisis que vivió el retail durante los años de pandemia, el efecto péndulo ha llegado al lujo y ahora los mayores grupos del sector compiten por hacerse con los principales enclaves del high street internacional. Nueva York es uno de los focos de esta guerra, donde gigantes como Chanel o LVMH se disputan el control de los principales edificios de la Quinta Avenida. Además, Kering o Prada ya han marcado su huella en esa vía comercial.

 

La Quinta Avenida es históricamente una de las vías más demandadas por el lujo mundial, así como por los gigantes de la gran distribución. Sin embargo, ahora parece estar más demandada que nunca, con los emblemas internacionales del lujo abriendo una subasta por el ladrillo de la avenida. A principios de esta semana Chanel se sumó a la puja por el número 745 de la vía neoyorkina, un activo por el que LVMH llevaba semanas interesado.

 

“El lujo quiere posicionarse con las mejores condiciones”, señala Beatriz González, experta en lujo y exdirectiva de Hermès, a la vez que hace hincapié en la importancia readquirida por el retail tras la desaceleración de los años anteriores. González, que considera imprescindible para los operadores de lujo apostar también por el online, cree que el futuro del sector está a pie de calle, especialmente por su foco “largoplacista”.

 

 

En la misma línea, Susana Elhombre, directora de retail de la consultora inmobiliaria Cbre, considera que este interés en activos inmobiliarios coincide con la “poca rotación” del sector. “El lujo siempre ha invertido en ladrillo y este atractivo responde a la competencia y al posicionamiento que necesita tener este sector; quieren bloquear a sus competidores para que no puedan estar en el mismo enclave, y si eso supone tener que comprar, lo hacen”, añade la experta.

 

Chanel y LVMH no han sido los únicos grupos interesados en la Quinta Avenida. A principios de 2024 fue Kering el que apostó por la compra de un activo en esta víaEl conglomerado francés de lujo se hizo por 885 millones de euros con una propiedad de 10.700 metros cuadrados con la idea de instalar una de las marcas de su cartera.   

 

Por otra parte, el grupo italiano Prada se hizo definitivamente a finales de 2023 con el local donde está ubicada su tienda insignia desde 1997. La firma italiana de moda compró el edificio por 425 millones de dólares (388 millones de euros), un activo que contaba con 12 plantas, además de planta baja y sótano. Además, recientemente la compañía austríaca Swarovski abrió las puertas de su hasta ahora mayor tienda y Tiffany renovó su cinematográfico flagship.

 

 

El lujo es el sector que se adelanta siempre a los momentos de crisis, por lo que la compra de activos inmobiliarios se podría considerar un movimiento en busca de activos refugio, especialmente para las empresas con el foco puesto en el largo plazo. Sin embargo, los expertos del sector consideran estos movimientos como una manera de “asegurarse una posición privilegiada” y consideran que la evolución del lujo debe ser distinta a la de la gran distribución.

 

“Hay sensaciones del lujo que no se perciben fuera de la tienda, por eso el sector tiene que poner el foco en el establecimiento físico mucho más que el resto de segmentos”, destaca Elhombre.  González, por su parte considera que principalmente los grupos del lujo son los que más deben apostar por la omnicanalidad y, aunque señala que como mínimo las empresas “deberían facturar el 30% a través del online”, ve el high street como la posibilidad del segmento para crecer, aunque sea en tiempos de incertidumbre.