"Gracias por escribir y por hacernos reflexionar, por darnos ideas, comentarios, estos post que en determinados momentos de la semana que te hacen parar, mirar por la ventana y pensar cosas nuevas o continuadoras de lo que ya pensamos...".
Estas palabras son de un gran amigo, enorme profesional y mejor persona que me dejó en una nota de voz hace unos días. Y este tipo de mensajes, son el motor para seguir escribiendo.
Además de lo evidente con estas palabras, gano muchas cosas escribiendo. Gano contactos, el feedback de la gente, e ilusión a raudales. Gano esa sensación de que alguien te ha leído y le ha servido para mejorar algo importante o si no al menos, una pequeña reflexión en su vida personal o profesional. Y a nivel de sensaciones, puedo decir que eso es equiparable a la mejor operación inmobiliaria, pero a favor de lo primero, con la posibilidad de hacerlo todas las semanas.
Pero además de todo eso, el motivo es mucho más honesto. Por hablar diferente y expresarme diferente. Y en ese sentido, mi día a día en el sector inmobiliario, inmerso en la generación de negocio, y en empujar por sacar adelante un maravilloso proyecto, gestionar equipos y operaciones, no me permite hablar de forma tan cercana con la gente; y en cambio escribir, si me acerca un poco más al resto de las personas. Intento ser lo más cercano y transparente posible, pero no siempre es posible por los interlocutores o el entorno.
La escritura y la lectura es una forma de comunicación no invasiva, poco intimidatoria y muy útil. Es muy sano hablar entre personas, pero no todos están preparados para ello. Las personas estamos preparados para ver, leer y escribir sobre cualquier cosa, pero en cambio muy poco dispuestos, formados y receptivos para hablar de todo y cara a cara con la misma naturalidad.
Me lancé a escribir hace años, pero nunca pensé en llegar a tanta gente
La palabra hablada intimida, frena a las personas a expresarse como les gustaría y muchas veces es simplemente por el que dirán, la inseguridad, el miedo al rechazo, la piel demasiado fina, el poco autoconocimiento de sí mismos, la vergüenza a expresarse, y muchos más motivos que hacen de la escritura y la lectura la comunicación que rompa esa barrera para mucha gente.
Me lancé a escribir hace años por compartir, pero nunca pensé en llegar a tanta gente, llegando a más de un millón de interacciones en el último año, y tampoco nunca pensé que alguien me daría las gracias por escribir una frase, una reflexión o una historia en un post. Eso es motivador. Cuando eso ocurre, la sensación es de triunfo. Ahora todas las semanas del año, GANO! Siempre gano algo, y aunque es tremendamente exigente, y no todos los días surgen ideas, es muy motivador ayudar a pensar, ayudar a decidir, a mejorar y, sobre todo, a provocar emociones, sentimientos o nuevas reflexiones.
Quiero terminar diciendo que se puede ser emocional y hacer negocios, se pueden tener valores asentados y ganar o hacer ganar mucho dinero, pero sobre todo, se debe ser eficiente y rentable para tu compañía haciendo las cosas bien y de forma honesta. Las emociones y los valores no entorpecen, solo ayudan a la consecución de objetivos.
Siempre me ha gustado y me he identificado con este refrán: "Lo cortés no quita lo valiente". que la leyenda atribuye a un paseo y conversación de Tomás Jefferson con un reputado empresario de la época (1208).
Y trasladándonos a la actualidad y al éxito rotundo en los negocios, alguien como Pablo Isla afirmó hace muy poco una frase que me pareció muy valiente y sincera: "Cada vez aprecio más los aspectos emocionales por encima de los racionales".
Nada más que decir por hoy...
Nos vemos en próximos post y reflexiones!