Merlin, Colonial, GMP y Mapfre, ‘reyes’ de las oficinas: copan el 16% de la superficie total en Madrid

Tres socimis y una aseguradora. Los reyes de las oficinas en Madrid tienen nombres propios: Merlin, Colonial, GMP y Mapfre, que copan entre todas el 16% de la superficie bruta alquilable de oficinas en Madrid, según se recoge en un informe elaborado por Deloitte y recogido por Expansión.

Cierran el top 10 de principales caseros Blackstone, Realia, Mutua Madrileña, Tristan, Pontegadea y Starwood. En total, los diez principales operadores de oficinas de la capital copan el 24% del inventario de oficinas en la ciudad, con un volumen de 3,11 millones de metros cuadrados en cartera. En total, el parque empresarial en Madrid asciende a 13,02 millones de metros cuadrados.

A la cabeza del ránking se encuentra Merlin que, con apenas cinco años de vida, copa el 7% de la superficie total en Madrid y es uno de los grandes propietarios en Barcelona, donde posee más de un 3% del inventario. En total, la socimi, que acaba de sellar una alianza con Telefónica para digitalizar sus activos de oficinas, cuenta con 150 activos de este tipo en cartera.

Merlin lidera el ránking en Madrid, con una cuota del 7%, mientras que Colonial es líder en Barcelona

Le sigue en la lista Colonial, con activos como el número 42 de Castellana y el Discovery Building en Madrid o la Torre Marenostrum en Barcelona. La compañía liderada por Pere Viñolas es propietaria del 3,8% de las oficinas en Madrid y es líder en Barcelona, con el 4,6% del inventario. Completa el podio GMP, la socimi participada por el fondo soberano de Singapur, que copa el 2,8% de la superficie alquilable en Madrid con activos como la Torre Bbva y la Torre Ederra, en Azca.

Las dos primeras aseguradoras del ránking son Mapfre y Mutua Madrileña, con cuotas del 2,7% y 1,4%, respectivamente. En paralelo, Deloitte hace también un apunte de la evolución de los precios de las oficinas en las zonas prime de las dos grandes ciudades españolas: mientras que en Madrid han crecido un 25% en los últimos cinco años, en Barcelona se han disparado un 66%.