Nuevos materiales para una construcción más sostenible
El sector de la construcción está repensando el uso de los materiales para combatir su impacto medioambiental, a través de la llegada de nuevos recursos o de redirigir los tradicionales hacia un proceso más sostenible.
18 jun 2024 - 05:00
¿Qué significa sostenibilidad en el sector inmobiliario? ¿Cómo se aplican los principios sostenibles a los diferentes segmentos? ¿Cómo impacta la sostenibilidad en el sector inmobiliario en los diferentes aspectos del ESG? En esta serie, patrocinada por la tasadora y consultora Gesvalt, EjePrime analiza cómo el sector inmobiliario en España se está adaptando a los nuevos criterios de sostenibilidad que exige la sociedad e impulsa la Unión Europea.
La sostenibilidad en el 'real estate'
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La construcción se reinventa. El sector constructor y los edificios son responsables del 37% de las emisiones de gases de efecto invernadero a escala global, según datos publicados en el informe Building Materials And The Climate: Constructing A New Future de la organización de Naciones Unidas (ONU).
Gran parte de la huella de carbono del sector proviene de los materiales más usados como el cemento, el acero o el aluminio. Cada año, se producen en el mundo más de 4.000 millones de toneladas de cemento, que supone cerca del 8% de las emisiones de dióxido de carbono globales, según datos del think tank Chatham House.
Para redirigir el futuro de la construcción, la ONU pone la mirada en estrategias como evitar extracciones y producción innecesarias, utilizar materiales regenerativos o mejorar la descarbonización de materiales convencionales. El cambio pasa por los distintos segmentos del sector, desde los fabricantes, a los arquitectos, hasta los constructores. Ya son distintas empresas las que ponen el foco hacia una actividad sostenible a través de materiales respetuosos con el medio ambiente, como la madera.
“Las construcciones de madera emiten menos carbono en la atmósfera y lo absorben en su materia; la reducción de este gas en un edificio en la fase de construcción puede alcanzar el 80%”, apunta Pablo Medina, cofundador de Woodea, compañía de edificación en madera. Medina destaca que el tejido productivo “se va consolidando y van apareciendo cada vez más fábricas proveedoras de madera técnica con referentes de la industria como Egoin o Finsa”.
“La reducción de carbono en un edificio en la fase de construcción con madera puede alcanzar el 80%”, afirma Medina
A pesar de ello, es un material que parece no acabar de superar las barreras para su propagación en el sector. La coordinadora de la red para acelerar el uso de madera maciza industrializada en España, Mass Madera, Carla Ferrer, explica las diferentes limitaciones a las que se enfrenta como “la percepción negativa y vaga de sus beneficios, los procesos de licitación y los modelos costosos, la falta de conocimiento y la ausencia de incentivos y regulaciones públicas específicas”.
Uno de los materiales tradicionales por excelencia es el cemento, que desde empresas cementeras como Holcim, intentan reconvertir para adaptarse a las nuevas necesidades medioambientales y un futuro marco normativo más restrictivo. Por ejemplo, Holcim ha desarrollado una gama de hormigones y cementos de baja huella de carbono que permiten reducir las emisiones de carbono entre el 30% y el 70% frente a los convencionales.
“El mercado ha comenzado a valorar y a tomar conciencia sobre la utilidad y ventajas de materiales sostenibles”, resaltan desde Holcim. “Ha contribuido también positivamente a una mayor sensibilización en la aplicación de los conceptos de sostenibilidad en la construcción las normativas a nivel europeo en términos de huella de carbono, la madurez del mercado, así como el cambio en la percepción por parte de los agentes implicados, que ya lo identifican como una oportunidad de diferenciación”, añaden.
Las normativas europeas o las demandas de certificaciones ambientales están impulsando la conciencia del sector
El aumento de la demanda de sostenibilidad por parte de las empresas del sector se percibe también desde la plataforma Green Building Council España (GBCe). “Los profesionales del sector están empezando a hacer análisis del ciclo de vida de sus proyectos impulsados por las demandas de certificaciones ambientales o de la implementación de la taxonomía de finanzas sostenibles”, destaca la directora general de GBCe, Dolores Huerta.
En cuanto a los arquitectos, Pamela Martín, arquitecta socia en el estudio L35 Architects, señala que estos profesionales “buscamos constantemente descubrir y aplicar materiales innovadores para reducir el impacto ambiental y mejorar la salud”. “El sector de la arquitectura está orientándose cada vez más hacia materiales de origen biológico, impulsados por la industrialización y la estandarización de procesos”, añade.
“La industria es cada vez más sensible a esta demanda, impulsada por la normativa europea y los objetivos de la Agenda 2030; muchos grandes fabricantes ya disponen de sellos, estudios de cálculo de emisiones, estudios de consumo energético en la producción del material, y eliminación de productos que emitan contaminantes, compuestos y partículas”, añade Martín.
“Nuestros edificios de hoy son nuestra mina del futuro (y no muy lejano)”, destaca Huerta
La arquitecta destaca en algunos de los proyectos arquitectónicos desarrollados el uso de materiales como redes de plástico reciclado, pavimentos pétreos inertes, paneles de composite de aluminio, falsos techos de lamas de fieltro con fibras de poliéster reciclables o polímero de tetrafluoretileno y etileno (conocido como Efte).
El cofundador de Woodea también nombra otros materiales como aislantes elaborados a partir de fibra de textiles, bio materiales para revestimientos interiores, fibras vegetales preformadas, paneles de residuos de pasta de papel, aislaciones de pasta de papel reciclado, entre otros.
A parte de la innovación con materiales nuevos, Huerta argumenta que “lo más importante es aprender a utilizar los productos de construcción de manera eficiente y equilibrada para reducir la huella de carbono global del edificio, y permitir en el futuro la renovación, o el desmontaje y aprovechamiento de los materiales; nuestros edificios de hoy son nuestra mina del futuro (y no muy lejano)”.