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Hogares, viviendas y habitantes en España: el cóctel del siglo XXI para tensionar el ‘living’

Los hogares pasan de 14,2 millones a 18,5 millones en 23 años, por lo que crecen un 30,7%, porcentaje superior al de viviendas, que aumentan en un 27,5%. La causa principal del desequilibrio es la reducción del tamaño del hogar.

Hogares, viviendas y habitantes en España: el cóctel del siglo XXI para tensionar el ‘living’
Hogares, viviendas y habitantes en España: el cóctel del siglo XXI para tensionar el ‘living’

B. Huguet Albons

10 ene 2025 - 05:00

Prácticamente todos los informes coinciden: España no cuenta con suficiente stock de vivienda disponible. Detrás de esta realidad está la falta de actividad del sector de la promoción, en buena medida por la carencia de suelo, y la baja penetración de la vivienda de protección oficial en el país. Pero a esto se le suma un cóctel de indicadores demográficos que provoca la tormenta perfecta para tensionar el mercado: los ritmos de crecimiento del número de hogares y habitantes están evolucionando a ritmos desiguales.

 

Los hogares son los que más incrementan, mientras que el número de viviendas no aumenta tan rápido y el de habitantes es el que registra una menor tasa de crecimiento. Así, sus evoluciones se van alejando entre ellas de forma progresiva. La consecuencia, aunque la población crece poco (sólo impulsada en los últimos años por la inmigración), el tamaño de los hogares se reduce y la demanda de vivienda, crece.  

 

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Desde el comienzo del siglo XXI, el crecimiento del parque de viviendas en España ha sido más acusado que el demográfico. El número de casas en el país ha aumentado en más de 5,5 millones y ha pasado de 21 millones a cerca de 27 millones, lo que supone un incremento del 27,5% en tan solo dos décadas. Esto es lo que se desprende del informe Áreas Urbanas de España, publicado por el Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana, que también recoge datos del Instituto Nacional de Estadística (INE)

 

Entre 2001 y 2023 (periodo que recoge el informe, cerrado en 2024), por cada cien habitantes en que se ha incrementado la población, 79 viviendas han sido construidas. “Si bien, debe tenerse en cuenta que parte de esa nueva vivienda, por un lado, ha estado destinada al sector turístico o es de segunda residencia y, por otro, que existen notables diferencias en los distintos ámbitos territoriales sobre la evolución general”, apunta esta administración pública.

 

No obstante, el crecimiento del número de hogares es superior al de viviendas. Los hogares registran un incremento del 30,7%, ya que pasan de 14,2 millones en el primer año del siglo a 18,5 millones en 2023. La causa fundamental de este desequilibrio que el departamento dirigido por Isabel Rodríguez señala es “la reducción del tamaño de los hogares”.

 

 

El informe de Vivienda y Agenda Urbana detalla las fluctuaciones de población por ámbitos. En el periodo entre 2020 y 2021, el efecto demográfico del Covid19 tuvo un impacto de forma inversa a la categorización urbana de los territorios. Es decir, solo las grandes áreas urbanas registran tendencias a la baja: perdieron cerca de 140.000 habitantes, un 0,4% de su población, mientras que las pequeñas áreas urbanas y los municipios no urbanos registraron dinámicas positivas. Las pequeñas áreas urbanas ganaron casi 12.000 habitantes (un 0,19% más) y los municipios no urbanos obtuvieron más de 52.000 nuevos habitantes, un aumento del 0,64%. El ministerio explica que las causas de este proceso son múltiples “pero parecen estar claramente asociadas al incremento del teletrabajo, a la búsqueda de un entorno de mayor calidad ambiental y a la búsqueda de núcleos de población de menor densidad residencial”.

 

No obstante, el periodo interanual 2021-2022 muestra un cambio de tendencia. “La dinámica de crecimiento de la población en el conjunto de las grandes áreas urbanas se restableció en el periodo postpandemia”, afirma el ministerio, por lo que ganaron alrededor de 39.000 habitantes, un 0,12% de población. Más en detalle, 46 de las 86 grandes áreas (la mayoría en el interior peninsular) reducen su población, mientras que de las 40 que crecieron, 31 se sitúan en la costa Mediterránea. Por su parte, las pequeñas áreas urbanas ganaron 35.000 habitantes (un 0,51% más) y los municipios no urbanos siguieron aumentando, pero vieron ralentizado su crecimiento: 16.000 habitantes, un 0,21% superior.

 

De 2022 a 2023, los incrementos se produjeron en mayor medida en las áreas urbanas: las grandes áreas urbanas ganaron un 1,4% (más de 450.000 habitantes) y las pequeñas, un 1,27%, cerca de 100.000 personas. Por contra, el crecimiento de la población en municipios no urbanos se siguió frenando: se quedó en un 0,83% más, algo más de 50.000 nuevos habitantes.

 

Si se observa la evolución desde 2001 hasta la actualidad, la tendencia general es el crecimiento de población en España (a diferentes velocidades), aunque el ministerio observa dos momentos en los que se han producido descensos: la etapa 2012-2016 y la irrupción del Covid (2020-2021).  

 

 

Durante el periodo de 23 años, las áreas urbanas que más crecieron en el país, con incrementos cercanos al 120%, son Tenerife Sur, que alcanzó los 215.532 habitantes a cierre de 2023, y Roquetas de Mar (Almería), que llegó a los 105.886. A continuación, se situaron, con menores incrementos (en torno al 60%), las áreas urbanas de Eivissa (123.820 habitantes), Guadalajara (167.586) y El Ejido, en Almería (89.391).

 

En el extremo opuesto, las zonas que más población han perdido desde 2001 son el área urbana de Puertollano (Ciudad Real), la de Ferrol (Coruña), Zamora, Linares (Jaén) y Palencia, que decrecieron por encima de un 3%. En concreto, Puertollano perdió un 8% de habitantes y se situó en 45.243 a cierre de 2023; Ferrol cayó cerca de un 8% y se quedó en 125.791, y Zamora retrocedió un 7%, hasta las 64.238 personas censadas.