Más de 150 edificios de oficinas han cambiado de uso en la última década

El cambio de uso se consolida. Más de 150 edificios en España han sido transformados en la última década y casi el 90% se localizan en Madrid y Barcelona, según los datos publicados este marte por Cbre.

“La transformación de aquello edificios más obsoletos o infrautilizados en otros se traduce en activos más competitivos en el mercado, maximizando su potencial y revitalizando las zonas donde se ubican”, detalla la consultora.

Según los datos de la compañía, en estos últimos diez años, cerca de 220.00 metros cuadrados han cambiado de oficinas a living y 164.000 metros cuadrados de oficinas a hoteles; sin embargo, revela que en algunas zonas de Madrid aún existen 308 edificios de oficinas calificados con grado C, es decir, un total de 1,5 millones de metros cuadrados calificados de menor calidad. La mayoría de estos activos se ubican en Salamanca, Chamberí, Chamartín, Tetuán, Centro y Arganzuela.

De hecho, Cbre destaca una enorme polarización entre los distintos tipos de activos y su ubicación. Señala que la tasa de disponibilidad varía entre el centro y la periferia de las ciudades.  Y, en el caso de Madrid, la tasa de disponibilidad de aquellos edificios grado A es mínima, situándose en un 2,3%.

La tasa de disponibilidad de edificios calificados de mayor calidad es mínima.

“La disponibilidad cae al 2,1% en Central Business District (CBD); en paralelo, la disponibilidad media en Madrid se sitúa en el 11,7% y los valores en los mercados de CBD y Centro Ciudad están por debajo del 5,3%”, detalla el análisis realizado por la empresa.

En la actualidad, Cbre está trabajando en más de 200.000 metros cuadrados de superficie en Madrid para su potencial cambio de uso y ha invertido 200 millones en la compra de activos que se van a transformar.

Cbre asegura que la transformación de edificios seguirá en alza, pero es necesario contar con el impulso de Administraciones Públicas en la flexibilización de los usos. Además, defiende que los cambios de uso no solo tienen un impacto directo en los inmuebles, haciéndolos más competitivos, sino también en la revitalización de zonas y con ello de ciudades, volviéndose más atractivas para atraer talento e inversiones.