Comercial

FTI, administrador concursal de Phalsbourg, culpa de la quiebra al dueño francés

Ha presentado en el Juzgado de lo Mercantil número 14 de Madrid (que tramita el concurso) un informe donde solicita que el proceso sea declarado culpable y señala como responsable a Raphael Martin, presidente de la compañía.

FTI, administrador concursal de Phalsbourg, culpa de la quiebra al dueño francés
FTI, administrador concursal de Phalsbourg, culpa de la quiebra al dueño francés

EjePrime

21 abr 2025 - 09:20

Nuevo episodio en torno a Oasiz. FTI & Partners, administrador concursal de Compañía de Phalsbourg, ha presentado en el Juzgado de lo Mercantil número 14 de Madrid un informe donde solicita que el concurso sea declarado culpable y señala como responsable a Raphael Martin, presidente de Compañía de Phalsbourg, informa El Confidencial. Esta sociedad es una de las dos firmas a través de las que el grupo francés Compagnie de Phalsbourg ha levantado Oasiz, el mayor centro comercial de la Comunidad de Madrid. La otra sociedad es Carlotta, filial de Compañía de Phalsbourg. 

 

Compañía de Phalsbourg se declaró en concurso de acreedores voluntario después de que un grupo de acreedores tumbó su plan de reestructuración. Por su parte, Carlotta sí ha logrado, al menos de momento, homologar su plan de reestructuración instado por su principal acreedor, Cale Street. Este plan se encuentra ahora impugnado, sin que todavía haya sido resuelto. 

 

FTI señala que el principal problema se genera por no reestructurar conjuntamente las sociedades Compañía de Phalsbourg y Carlotta mediante planes que traten a todos los acreedores de forma paritaria y con índices de recuperación similares. Mientras que Phalsbourg entró en concurso, Carlotta sí logró reestructurarse a propuesta de Cale Street, aunque lo hizo “en unas condiciones muy precarias para los demás acreedores”, según el administrador concursal. Con este plan, Cale Street pasó a controlar el 79% de Carlotta y dejó a Compañía de Phalsbourg con un 19% del capital. 

 

 

 

 

Entre sus argumentos, FTI no entiende que Compañía de Phalsbourg apoyó el plan de reestructuración de Carlotta de Cale Street cuando su propio plan no había sido homologado y se vio abocada al concurso. De hecho, apunta que el apoyo al plan de Carlotta resultó perjudicial para los intereses de sus acreedores y agravó su propia situación de insolvencia. Además de reducir sustancialmente su participación accionarial, el apoyo al plan implicó una aceptación de la clasificación de sus créditos que FTI señala como “inadecuada”. 

 

Carlotta adeuda a Compañía de Phalsbourg 93 millones de euros articulados a través de dos créditos, ambos clasificados como subordinados en el plan de reestructuración; es decir, los últimos que se pagan. FTI defiende que al menos uno de ellos, el de 15,7 millones, debía reconocerse como ordinario por su naturaleza, lo que aumenta las posibilidades de recuperarlo. Como Phalsbourg apoyó el plan, no tiene opción de impugnarlo. El apoyo del plan ha supuesto, según FTI, “una salida ‘fraudulenta’ del patrimonio de la deudora”. 

 

El administrador concursal también sostiene que el escenario de liquidación planteado por el plan de Carlotta (basado únicamente en la venta del centro comercial) resulta más perjudicial que una liquidación concursal. La valoración que la compañía aporta, y el experto ratifica, se encuentra entre 130 y 160 millones, mientras que el pasivo de Carlotta alcanza los 249 millones de euros. “Los representantes legales de la concursada (Phalsbourg) tenían que ser conscientes de que el plan de reestructuración de Carlotta era irrealizable (de ninguna manera podría suponer un cumplimiento total) y representaba un gravísimo menoscabo de su masa activa”, según FTI. 

 

Dado que se desconoce el precio por el que se venderá finalmente el centro, FTI asegura que no puede cuantificar definitivamente el daño, pero se reserva la posibilidad de hacerlo en un futuro cuando se ejecute la operación. “Se podrá decir que a corto y medio plazo se habrá evitado el concurso, pero solo de manera artificiosa, al establecer que el proceso de venta no se iniciará hasta 18 meses después de homologarse el plan; sin duda, para poder defender que a corto plazo hay actividad”, advierte el administrador concursal.