La voluntad de comprar una vivienda cae en picado en el primer trimestre
La diferencia entre respuestas positivas (es buen momento para comprar) y negativas (es mal momento para comprar) se situó en el -66% en el primer trimestre, según datos recogidos por Kantar.
28 abr 2022 - 16:20
La guerra y la inflación lastran el apetito comprador de viviendas. La intención de comprar una vivienda entre los españoles continúa su recorte y se sitúa en el punto más bajo del último año, según datos de Kantar recogidos en el informe Perspectivas del consumidor, elaborado con carácter trimestral.
La vivienda es el segundo sector más penalizado, sólo superado por el automovilístico. La diferencia entre respuestas positivas (es buen momento para comprar) y negativas (es mal momento para comprar) se situó en el -66% en el primer trimestre. El dato ha ido empeorando el último año y, siguiendo la tendencia el conjunto de la economía, ha firmado su peor actuación en el último año.
Los dos sectores más penalizados son los de inversiones en bienes duraderos: en el caso de los coches, el saldo entre respuestas positivas y negativas es de -66,4%, mientras que en vivienda se sitúa en el -66% y en vacaciones, en un 65%.
También salen peor parados que la moda la compra de móviles, videojuegos, muebles, accesorios para el hogar o viajes de fin de semana. En cambio, la restauración, la alimentación y el ocio aguantan mejor, con un saldo negativo del 12,1%, 4,2% y 4%, respectivamente.
Sólo tres sectores se mantienen en tasas positivas: las actividades de formación, en las que un 17% más de consumidores creen que es positivo; los productos de droguería, con un saldo positivo del 4,9%, y el cine y espectáculos, con un 1,8%.
El 50% de los consumidores aún opina que habría que mantener los niveles de consumo
En el último trimestre, mientras algunos consumidores decidían reducir su consumo en sectores como el ocio en general, el cine y la cultura y las salidas gastronómicas, otros decidían aplazar grandes gastos puntuales como la compra de electrodomésticos, realizar reformas en casa y la adquisición de nuevos dispositivos móviles.
A pesar de haberse percibido como una situación transitoria, el número de consumidores que considera que “lo más inteligente” es mantener los niveles de consumo ha bajado del 63% al 50%, y el porcentaje de compradores que cree que hay que reducirlos ha crecido del 29% al 43%.
En cuanto a la actitud hacia las marcas, los consumidores se han mostrado abiertos a probar otras diferentes y su decisión se inclina más por comprar marcas de distribución a marcas de fabricantes. “Es evidente que la opinión pública ha entrado en una fase de control de los gastos”, explica el informe.
Como consecuencia, los consumidores piensan que esta situación desembocará en un incremento del desempleo. A pesar de ello, el 55% de la población opina que habrá igual o menos paro que ahora y la mayoría de los consumidores ocupados opinan que ambas crisis “no afectarán a sus empleos”.
Desde hace ocho años, la confianza de los ocupados en sus puestos de trabajo se va consolidando y acrecentando con regularidad. “Ni la pandemia cambió este clima ni lo está haciendo la reordenación económica y política a escala global”, se lee en el estudio.