Dinero liberado: el gasto discrecional se recupera tras el ‘crash’ de la pandemia

Dinero liberado en el bolsillo de los consumidores, o confianza para gastarlo en bienestar personal. Las partidas más discrecionales del gasto de las familias han recuperado peso progresivamente tras el crash de la pandemia, que dejó a mínimos el gasto en partidas como viajes y restaurantes, ocio y cultura o moda, y ya se acercan a los niveles sobre el presupuesto total de 2019.

Junto al tacaco y las bebidas alcohólicas, estos gastos prescindibles, salvo en cierto modo el vestido y el calzado, representaban el 25,8% en 2007, en un momento de máxima sensación de bienestar en España antes del inicio de la Gran Recesión. Con altibajos, este ratio se redujo hasta el 21,6% en 2019, pero la pandemia lo hundió hasta el 16,3% en 2020.

La normalización de la vida social y económica hizo que, progresivamente, su peso en el presupuesto de las familias haya ido en aumento a partir de 2021 y que llegara al 20,7% en 2023, según la última edición de la Encuesta de Presupuesto Familiares del Instituto Nacional de Estadística (INE).

Sin contar con bebidas alcohólicas y tabaco, el único de estos gastos discrecionales que ha perdido peso, la subida en tres años es de casi cinco puntos, hasta el 19,3% del gasto de las familias destinado a hoteles, restaurantes y moda.

Vivienda, transporte y alimentos comprometen casi el 60% del gasto de las familias

De cada cien euros que los residentes en España destinan a actividades ligadas al bienestar, el tiempo libre y la cultura, 49 euros sirven para pagar hoteles y restaurantes, 24,40 euros, ocio y cultura, y 19,60 euros, vestido y calzado. Las bebidas alcohólicas y tabaco sólo llegan al 7% de este gasto discrecional en el bolsillo de los españoles.

Presupuesto comprometido

Los gastos más discrecionales tienen no obstante un peso muy inferior en los presupuestos familias que aquellos menos mudables, en particular aquellos ligados a la vivienda. En total, vivienda y suministros, transporte y alimentación y bebidas no alcohólicas coparon en 2023 el 59,7% del gasto de las familias, con la vivienda y los suministros en primer lugar, con el 31,8%.

Este grupo de gastos llegó a su máximo histórico en 2020, concentrando el 62,8% del presupuesto de las familias (fue la primera vez en que superó el umbral del 60%), pero bajó progresivamente en los años siguientes a la declaración de la pandemia: en 2021 pasó el 61,3%, en 2022 al 60,5% y en 2023 al 59,7%.

El carácter más volátil de los precios en transporte y alimentos tiene un particular impacto en la evolución de estas dos partidas de gasto: por ejemplo, el gasto en alimentos y bebidas subió en 2023, del 16% al 16,4% del total.

En partidas más concretas de gasto, lo que más ha subido desde el año de la pandemia son consumiciones y comidas y cenas en bares y restaurantes (cada una de estas dos partidas ha ganado 1,2 puntos de cuota de bolsillo) y gasolina (0,5 puntos más).