El fondo francés Ojirel compra una nave de 7.360 metros cuadrados en Madrid
6 nov 2018 - 04:57
Los fondos internacionales siguen apostando por el logístico español. La firma de inversión Organa III, creada por la sociedad francesa de inversión inmobiliaria Ojirel, ha adquirido una nave industrial de 7.360 metros cuadrados ubicada en Madrid.
El activo, situado en el municipio de San Agustín de Guadalix, era propiedad de una compañía española especializada en servicios logísticos. El contrato incluye que la nave continúe siendo explotada por su anterior inquilino, una multinacional alemana especializada en recambios del automóvil, durante cinco años más.
La operación, que ha estado asesorada por la consultora inmobiliaria Iremcap, “demuestra el creciente interés por parte de fondos inmobiliarios de inversión franceses en la adquisición de activos inmobiliarios en España”, según afirman fuentes de la consultora.
La nave continuará siendo explotada por su anterior inquilino, una multinacional alemana del sector automovilístico
Madrid es uno de los polos de atracción para los inversores en logístico en el país. Aunque el espectro del sector es cada vez más amplio y abarca cada vez más regiones, la zona que rodea la capital española es la más atractiva para el 63% de los encuestados en la última edición del Salón Internacional de la Logística (SIL) que organiza anualmente la empresa Prologis.
Así lo reflejan, además, los datos. La capital española registró una contratación de 632.000 metros cuadrados en el primer semestre de 2018. Asimismo, más de la mitad de los activos arrendados corresponden a naves con una superficie superior a los 20.000 metros cuadrados, según el último informe publicado por Cbre.
Debido especialmente al auge del ecommerce, el mercado de centros y naves industriales en España es actualmente uno de los más potentes de Europa. Pese a la gran demanda de activos, en ciudades como Barcelona o Madrid sólo existe un 4% de stock disponible, situación que empuja las rentas al alza. Los expertos apuntan que el principal reto hasta 2022 consistirá en “adaptar los inmuebles existentes a las nuevas necesidades de las empresas”.