Drago descarta un hotel en Castellana 200 y hará viviendas de lujo
Los dueños del complejo situado a escasos metros de la Plaza de Castilla han decidido aprovechar la elevada demanda residencial que tiene Madrid y convertir el fallido hotel en un bloque exclusivo de apartamentos con servicios.


9 jun 2025 - 12:34
Castellana 200 tira la toalla con su edificio hotelero. 12 años después de su construcción, y sin haberse inaugurado, los gestores del complejo de uso mixto de la Castellana han decidido aprovechar el tirón del 'residencial con servicios' que crece en Madrid de forma exponencial para dar por concluido el plan inicial con este inmueble y optar por hacer en él vivienda de lujo.
Todavía están terminando de definir el producto, pero la intención pasa por hacer viviendas de uno a tres dormitorios, donde el signo diferencial, además de la ubicación, serán los servicios, como dos piscinas (una cubierta y otra sin cubrir), gimnasio, spa wellness y zona infantil, entre otros. Este producto saldrá al mercado a un precio medio de 12.000 euros por metro cuadrado.
El inmueble consta de 20.000 metros cuadrados, de los cuales, 14.000 metros cuadrados serán de uso residencial. Además, contará con 150 plazas de aparcamiento para los residentes y con una zona comercial orientada a Castellana y Carlos Maurrás. El plan es vender toda la promoción, sin quedarse nada en patrimonio, según informa El Confidencial, lo que disparará por encima de los 200 millones de euros los futuros ingresos.
Harán viviendas de uno a tres dormitorios, caracterizadas por sus servicios y su ubicación
Para llevar a cabo el proyecto y encargarse de la comercialización, los dueños de Castellana 200, la firma española de inversión Drago Capital ha fichado a la consultora Cbre, mientras que la obra correrá a cargo del reconocido estudio de arquitectura de Christina Seilern. La previsión con la que están trabajando es iniciar la obra dentro de un año y tenerla completada para finales de 2028.
En 2006, Reyal Urbis adquirió a Restaura ocho edificios que formaban parte de un proyecto llamado Manzana Castellana, que consistía en un plan de regeneración del rectángulo que forma esta vía con las calles Felix Boix, Doctor Fleming y Carlos Maurrás. El objetivo de la promotora dirigida por Rafael Santamaría era levantar un complejo, bautizado como Castellana 200, que iba a incluir oficinas, zona comercial, restauración, un parking con 844 plazas y un hotel de cinco estrellas, que ocuparía de los números 198 al 208 del paseo.
Solo tres años después, Reyal Urbis se quedó sin financiación, el proyecto fue a parar a manos de la banca y, con dificultades, consiguió completarse toda la obra, salvo el hotel, que estaba a medio construir cuando, en 2013, la promotora presentó concurso de acreedores voluntario. Ya que esos edificios se habían escindido de la matriz unos años antes, cuando la banca tomó el control, pudieron ser vendidos al fondo canadiense PSP y Drago en 2014.
La única parte que no fue incluida en aquella transacción fue el 48% del capital del hotel, que terminó dentro del concurso de Reyal Urbis, lo que explica que siga sin haber sido finalizado una década más tarde. El año pasado, Drago, dirigida por Luis Iglesias, aprovechó un derecho de adquisición preferente que tenía sobre estas acciones desde la operación con PSP y, cuando la administración concursal de Reyal Urbis las sacó a subasta, lo ejerció.
Castellana 200 iba a incluir inicialmente oficinas, zona comercial, restauración, un parking y un hotel cinco estrellas
Desde entonces, abril de 2024, la firma de Luis Iglesias ha estado trabajando para ver cuál es la mejor opción para este inmueble, en el número 198 del Paseo de la Castellana. Aunque en un primer momento se valoró mantenerlo como hotel, al final, ha optado por aprovechar la elevada demanda residencial que tiene Madrid y convertirlo en un exclusivo bloque de apartamentos con servicios.
En Castellana 200, el ambicioso proyecto Nuga Castellana, presentado el pasado mes de septiembre, incluye una inversión cifrada en 40 millones de euros. Sus gestores, Pimco y Allianz, buscan transformar el complejo con firmas de restauración, una parte residencial (aparte de la de Drago), oficinas, ocio y bienestar.