Lacer pone en venta su histórica sede de Barcelona para vivienda

Lacer se muda. La farmacéutica catalana ha puesto a la venta sus históricas oficinas en el Eixample de Barcelona y ultima la firma en alquiler de una nueva sede corporativa en la capital catalana. Las oficinas de Lacer en el número 350 de la calle Sardenya se transformarán en viviendas.

La empresa familiar ha encargado a Savills Aguirre Newman y Cushman&Wakefield la venta de sus oficinas en Barcelona, un inmueble de más de 13.000 metros cuadrados. Las consultoras ya han iniciado un proceso que esperan acabar en breve con el objetivo de que el inmueble acabe convirtiéndose en una promoción de vivienda en el centro de Barcelona, muy cerca de la Sagrada Familia.

En paralelo, han iniciado un proceso de búsqueda de unas nuevas oficinas representativas y están a punto de cerrar el alquiler de tres mil metros cuadrados en un edificio del eje principal de negocios de Barcelona. Este espacio actuará como sede corporativa y albergará el domicilio social de Lacer, ya que la empresa cuenta desde finales de los noventa con una planta en Cerdanyola del Vallés (Barcelona) de 16.000 metros cuadrados. Allí, además de la producción, concentra departamentos de calidad, ingeniería, logística y medio ambiente, entre otros.

En un momento en que el mercado residencial se encuentra muy dinámico y la demanda de suelo es alta, la empresa ha decidido emprender esta operación que le reportará importantes plusvalías. Hay que tener en cuenta, además, que el edificio de Sardenya está infrautilizado y no presenta los estándares de calidad propios de las oficinas actuales.

Lacer, que cuenta con una planta en Cerdanyola del Vallés, instalará su nueva sede corporativa en unas oficinas de 3.000 metros cuadrados en el eje principal de negocios de Barcelona

La cartera de la farmacéutica abarca un conjunto de productos cardiovasculares, gastrointestinales, para el sistema nervioso, urología, cuidado del cabello, protección corporal, salud bucodental y alergias. La compañía empezó a exportar sus productos en 1970 y tiene presencia en cuarenta países. La empresa cuenta con más de 400 empleados y unos ingresos superiores a los 120 millones de euros.

Lacer es un grupo familiar fundado en los años 20 del pasado siglo, cuando Carlos Andress fue enviado por la farmacéutica E. Merck desde Alemania a Barcelona. Con el tiempo y de la mano de su hijo Horst compró un pequeño laboratorio local, conocido como Lacer. La empresa estaba hasta ahora en manos de la tercera generación, representada en el empresario Helmut Andress, fallecido el pasado 9 de marzo en Suiza, y que contaba con cuatro hijos: Daniela, Nora, Elsa y Karl.